Una foto
(ADN). – El caos es un estado de transformación y su final es impredecible. Vale la pena leer al escritor argentino Rodolfo Wilcock, sobre el desarrollo de esta teoría. Sin intención de comparaciones extremas, el peronismo de Río Negro parece no darse cuenta del momento y de su rol actual en el orden provincial y nacional.
Hay desorden y contradicciones, pero poco se ve de la transformación de este proceso que lleva en estado latente hace varios años.
La conducta del PJ provincial parece distante de las coordenadas habilitadas por el presidente Alberto Fernández para caminar en la política luego del paso del neoliberalismo macrista por la Argentina, mientras pareciera haberse instalado en la mayoría de la clase política el lenguaje de la solidaridad, de la emergencia económica y social y de los consensos.
Nada de esto parece haberse comprendido en el justicialismo provincial, donde nuevamente se perciben tironeos, enfrentamientos, internismos y actitudes mezquinas. Por el contrario, hay un esfuerzo de sus máximas autoridades para seguir en el camino de la hostilidad.
Valga entonces mencionar algunas situaciones planteadas en torno a la reunión de intendentes del Frente de Todos con ministros nacionales, que en principio había sido programada con Alberto Fernández.
El primer acuerdo para concretar este encuentro es que los jefes comunales estarían acompañados por todos los senadores y diputados nacionales de Río Negro. No fue así, Martín Soria, en su calidad de presidente del PJ apuró la reunión –con ausencia del Presidente- y obtuvo una foto con los intendentes y el jefe de gabinete Cafiero y los ministros Kulfas y Basterra. Se supo que sólo hubo mensajes de Soria, sobre el encuentro, al resto de los legisladores nacionales rionegrino y de esta manera protagonizó el testimonio fotográfico sin Martín Doñate, Silvina García Larraburu, Graciela Landriscini y Ayelén Spósito.
Nada es casual y nada puede evitar las consecuencias. Son gestos que no pasan inadvertidos en un partido que no puede amalgamar un proyecto que lo lleve a instalarse en Laprida y Belgrano. Las mismas actitudes con las mismas consecuencias.
Esta reunión tuvo además otras alternativas. La información que se hizo trascender del encuentro hace mención a dichos de los jefes comunales del Frente de Todos, de desconfianza hacia la gobernadora Arabela Carreras e incluso de cierta hostilidad. Publicado esto en la prensa, generó inquietud entre los jefes comunales que por distintas vías trataron de desmentir que hubieran tenido expresiones de este tipo, más aún cuando habían estado reunidos días previos con la mandataria rionegrina, con esperanzados resultados de trabajos en conjunto. Así se lo habrían hecho conocer a Arabela.
¿Qué ganó Martín Soria? Una foto con el propósito de reflejar una conducción monolítica y unipersonal del peronismo rionegrino.
Las consultas de esta Agencia sobre estos entretelones están lejos de aquella foto ya que tiene otras lecturas políticas.
Es más, esta actitud tiene un antecedente. ADN tomó conocimiento que existió una consulta de Martín Soria al diputado nacional Máximo Kirchner sobre los cargos nacionales en Río Negro y que la respuesta fue: “hay que hablar con Doñate”. De este modo se designó al ex legislador Elvin Williams en el bloque del Frente de Todos.
El peronismo lame sus heridas en silencio. Sus esperanzas están cifradas en el gobierno nacional y en la posibilidad de reconvertir el PJ a los tiempos de Alberto Fernández porque “la tarea es con todos”, mientras tantos se alientan expectativas para la renovación del Consejo Provincial del PJ que debe hacerse a más tardar en abril, ya que la actual conducción asumió en enero del 2016, con mandato de cuatro años.
El Consejo está formado por 17 miembros, elegidos por el voto directo de los afiliados, de los cuales 9 son por representación poblacional y 8 por cada uno de los circuitos electorales.