Milagro Salas: juez del STJ reconoce detención “política”
El presidente del Superior Tribunal de Justicia de Jujuy, Pablo Baca, reconoce en un audio que la detención de Milagro Sala, quien lleva cuatro años privada de su libertad, no obedece a la comisión de delitos sino a la conveniencia política de sacar del medio a una lideresa opositora con capacidad de movilización contra el gobernador Gerardo Morales.
Esta manifestación, con ribetes de escándalo jurídico, fue publicada por el Cohete a la Luna, sitio digital que conduce Horacio Verbitsky. El magistrado también cuestiona la detención de una colaboradora de Milagro Sala, Pachila, madre de nueve hijos que recién la semana pasada consiguió la detención domiciliaria.
Las escandalosas afirmaciones de la máxima autoridad judicial de Jujuy fueron grabadas por una amiga suya, quien entregó los audios a El Cohete a la Luna para su reproducción y que ahora se publican en una nota del Cohete a la Luna,con la colaboración de Agustina Frontera.
Si todo esto lograra no normalizarse, las revelaciones de estos diálogos deberían hacer implosionar la escasa credibilidad de esa estructura jujeña. Pablo Baca mantiene varias conversaciones con su amiga cuando su Tribunal todavía no había resuelto el único caso que juzga a Milagro Sala por un supuesto desvío de fondos en la causa Pibes Villeros. Una de las conversaciones ocurre en el mes de agosto de 2019.
Pablo Baca hoy es presidente del Superior Tribunal de Justicia. La arquitectura que desplegó la persecución política sobre Milagro Sala. Un tribunal creado un día después de la primera asunción de Gerardo Morales, quien amplió su integración de 5 a 9 miembros, entre gallos y medianoche, en sesiones extraordinarias de la Legislatura. E incorporó a dos diputados radicales que votaron a favor de la ampliación, y 24 horas más tarde juraron como jueces del Superior. Uno de los diputados es Pablo Baca. Presidente de ese espacio desde el último mes de diciembre, hace una semana refrendó una condena a la dirigente de la Túpac Amaru a trece años de prisión que ahora será discutida para llegar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Entre 2018 y 2019, Baca mantuvo largas conversaciones con una jujeña que decidió grabarlo, y entregar el material a este medio. Varios de los diálogos privados ponen al descubierto las costuras del espacio público con rehenes humanos. Los diálogos ocurren antes de su ascenso a la presidencia del Superior. Cuando él era uno de los vocales. En ellos admite lo que a esta altura el mundo también sabe: que Milagro está presa porque ese bendito tribunal entiende que si ella está suelta es un peligro para el gobierno, no por sus delitos, sino para que no tengamos que volver al quilombo permanente, a los cortes, a la quema de gomas.
Si todo esto lograra no normalizarse, las revelaciones de estos diálogos deberían hacer implosionar la escasa credibilidad de esa estructura jujeña. Pablo Baca mantiene varias conversaciones con su amiga cuando su Tribunal todavía no había resuelto el único caso que juzga a Milagro Sala por un supuesto desvío de fondos en la causa Pibes Villeros. Una de las conversaciones ocurre en el mes de agosto de 2019. El Tribunal se pronunció oficialmente sobre el caso recién en enero de 2020. Pero para aquel agosto, Baca tenía un veredicto acabado.
Que la dejen salir
En un diálogo del 30 de agosto de 2019, Baca parece ofuscado. Al día siguiente tenía que concurrir a una acordada en el Superior Tribunal por el caso Milagro. Su interlocutora lo invitaba a otro evento. Él no sabía cuánto iba a demorar con Milagro, un caso que, dice, me tiene seco las bolas.
—Yo iba a ir mañana, pero no puedo —dice—. Me han puesto una reunión de acuerdo para las 10 con este quilombo de la Milagro. ¡Que ya me tiene seca las bolas, la Milagro!
Y agrega:
—Voy a estar metido en ese quilombo. ¡Por qué no lo suelta ya a la Milagro, y se dejan de joder! ¡Qué tanto!
—Porque tu jefe no quiere.
Dice su interlocutora. Y ríe.
—Los jueces no se ubican —replica él—. Ella ya no es lo que era. Una jueza del Superior anda diciendo: Yo no quiero ser la responsable que salga ésta y tengamos que volver al quilombo permanente, a los cortes, quema de gomas. Que la suelte las Naciones Unidas, la Corte, yo no la suelto. ¿No se dan cuenta que el problema era la plata que tenía? Sin esa plata, ya no…
—Ya no hace nada —agrega la voz.
—Acá, no le importa a nadie, están todos conformes.
La sentencia de la semana pasada terminó de cerrar ese ciclo. El caso Milagro es una papa caliente en Jujuy. Baca confirmó la condena de Pibes Villeros, y ahora las defensas se apuran para apelar a la Corte. Aquella jueza sólo anticipó un movimiento del que entonces él se espantaba. Finalmente también él se sacó el tema de encima para que lo resuelva la Corte