Ramón, el médico del pueblo
«El dolor y la enfermedad son niveladores sociales, por eso no existirá verdadera justicia social si el pobre no dispone de idénticas posibilidades de curarse que el rico, si no cuenta con los mismos elementos y de la misma asistencia medica que el poderoso”
(Por Pedro González Barbieri*). – La humanidad de este párrafo seria suficiente para terminar toda acusación sobre Ramón Carrillo sin embargo no podemos dejar de corregir al equivocado y combatir al malintencionado. Pero por sobre todo no podemos dejar que nadie de nuestro pueblo, como tantas veces, menosprecie a un prócer.
Ramón Carrillo tiene una obra de un tamaño sin igual, brillante en el area que tocase. Graduado con honores y medalla de oro. Se especializo en Europa con los mejores y realizo publicaciones de gran nivel. Un trabajador incansable, dormía unas cuatro horas por día. Ademas, se hizo cargo de toda su familia, promocionando el desarrollo de sus hermanos y cuidando a su madre.
Su vida fue una demostración de humanidad que trascendió la medicina. Estaba en primera linea en ciencia y podría haber encontrado una vida tranquila y de prestigio. Sin embargo, sacrificio toda esa carrera porque no toleraba el sufrimiento de su pueblo.
Junto a Eva Perón, fue el gran benefactor del proceso de justicia social encabezado por Juan Perón. Y su paga fue morir olvidado, en Belem do Para, acusado en su patria de ladrón de nafta.
¿Robar nafta un hombre que empleo millones en construir hospitales? Quienes habían bombardeado la plaza de mayo, saquearon su casa y se llevaron todas las pinturas de su colección (si, también tuvo tiempo para ser coleccionista de arte); tiempo después prohibieron repatriar sus restos. ¿Que podría hacerles un muerto?
Para Perón fue el mejor hombre que conoció, el que más admiraba.
Realmente es inagotable la cantidad de cosas bien documentadas que se pueden decir sobre Ramon Carrillo, sin embargo hay una que resume la fuerza de su presencia en la Argentina: La historia del sistema de Salud, relatada por las mas diversas fuentes, se divide en antes y después de Carrillo, igual que la historia de la humanidad cristiana (A.C. y D.C.)
Ya en su tiempo era acusado de Nazi, incluso el peronismo entero era combatido por la Union Democrática bajo el lema “Por la libertad y contra el Nazifascismo”. En esos tiempos Ramon expresaba en forma simple y jocosa, con orgullo santiagueño, que su ministerio (creado, desarrollado, organizado y construido por él) contaba tan solo con dos negros: el portero y él.
Pero para profundizar en lo absurda de la acusación, basta con conocer a quién fuera uno de los hombres más importantes en el desarrollo de la obra de Carrillo: Salomón Chichilmisky. Ucraniano, parte de los judíos marginados en la Rusia zarista que llegaron a Entre Ríos.
Un innombrable estudio de una mujer (innombrable también) refiere que Ramón Carrillo construía hospitales para seleccionar la raza. Algo tan absurdo como acusar a San Martin de acostarse con quinceañeras o a Belgrano de machista. También se lo acusa de excluir a las mujeres, a él que invento el programa Materno-infantil. Algo así como decir que construyo 21 hospitales cuando
hacían falta 24, o que elimino el paludismo pero no la tuberculosis. Un absurdo que solo demuestra la falta de comprensión o los intereses inconfesables que moderan las conclusiones.
Sobre las palabras de Avruj, las mismas demuestran en su complicada trama, su intento por desprestigiar a Ramon con una nueva e infundada acusación: homofóbico. En una mezcla de anacronismo y deshonestidad intelectual, llega a la conclusion estrafalaria de que: como Ramon era ministro (previamente secretario) y en su ministerio había un hombre que fue medico en el regimen de Adolf Hitler y trataba la homosexualidad (tratamiento internacionalmente recomendado hasta 1992) Ramon Carrillo era homófobo y nazi. Para empeorar su demostración, afirma que quería una raza fuerte y promovía la eugenesia, deformando los términos a niveles de chusmerio. Decía Perón en aquellos años:
«Para nosotros, la raza no es un concepto biológico. Para nosotros es algo puramente espiritual. Constituye una suma de imponderables que hace que nosotros seamos lo que somos y nos impulsa a ser lo que debemos ser, por nuestro origen y nuestro destino… …Para nosotros los latinos, la raza es un estilo. Un estilo de vida que nos enseña a saber vivir practicando el bien y a saber morir con dignidad»
Tuve la suerte de hacer mi formación como medico rural en el Hospital Ramon Carrillo de San Martin de los Andes, primero en llevar su nombre en 1972, meses antes de que sus restos regresen a la patria. Pero ademas tuve la suerte de estudiar en la universidad que el estudio, adentrarme en los pasillos por los que anduvo, pisar el mismo suelo. Ademas abrace la vocación de servicio patriótico y, acorde a lo que creía la principal necesidad de mi pueblo, me fui a las periferias, para ser medico rural y aportar mi pequeño granito de arena a solucionar una injusticia: en la Argentina hay una cantidad extraordinaria de medicos, todos concentrados en las ciudades.
En esas búsquedas me encontré a la familia de Carrillo, sus sobrinas y la obra inmensa que llevaban restaurando lo que quedaba de sus bienes. Ellas me enviaron con alegría el juramento que Ramon Carrillo había escrito para los graduados. Juramento que nos pinta de un plumazo su sacrificio vital:
“…Poner la curación del paciente, la vida de su familia y la salud del pueblo, por encima de tus intereses y de tu propia vida; no negar tus servicios al desamparado y ni siquiera a tu enemigo si el te necesitare; tener fe en la naturaleza humana…”
También pude encontrar a su sobrino medico, Arturo Carrillo, quien estaba en la provincia del Neuquén, y que supo transmitirme su vocación de medico rural. Fue determinante estas experiencias personales con su familia, para animarme a vivir tan lejos de mi familia.
Entonces entiendo que Ramón esta vivo y por eso es peligroso para algunos; a mí, como a tantos, nos sigue movilizando su entrega y su obra inmortal, todavía en pie a pesar de los ataques. No sabemos cuándo nacerá nuevamente un argentino de semejante nivel, esperemos al menos, no achicar ficticiamente su grandeza, para ocultar nuestra pequeñez.
Ramón se merece un billete para él solo.
*Médico rural-Junín de Los Andes-M.P. 5674
Publicado en Política Argentina