«La provincia está preparada para un mayor contagio»
(ADN). – Las palabras del presidente Alberto Fernández que alertó sobre la posibilidad de volver a la fase uno de la cuarentena si siguen aumentado los contagios por coronavirus, prendieron una luz amarilla en la población, comerciantes y empresarios, en localidades donde la actividad retorna lentamente a los días previos al aislamiento social, como es el caso de varios departamentos rionegrinos.
En Río Negro los registros de casos positivos activos aumentan y por ende los dichos de Alberto Fernández, cobraron dimensión.
Nada de esto parecería posible en estos lugares donde se flexibilizaron muchas actividades de comercios no esenciales, bares, restaurantes y gimnasios, a decir de las declaraciones de anoche de Mercedes Iberó, secretaria de Políticas Públicas del ministerio de Salud, quien aclaró que a pesar que crece la curva de contagios, la provincia está preparada para la atención de un mayor número de pacientes y que si bien «esto es día a día» no hace preveer un colapso en el sistema.
Tampoco el nivel de letalidad -si bien es alto comparado con otras provincias- es motivo alarma, a la vez que aclaró que el aumento de casos está vinculado a la cantidad de testeos y advirtió que «el virus está y cuando salimos a buscarlo lo encontramos».
Incluso indicó que «no es necesaria una clausura de la Clínica Roca», que tiene 6 infectados en su personal, como se hizo con el sanatario de Cipolletti. También en esa ciudad hay otros 6 casos positivos entre los agentes del hospital López Lima.
General Roca hoy es el centro de mayor contagio de coronavirus, aún mayor de lo que significó en su momento la zona del Valle Medio, cuando hay una tendencia a la baja en los casos de Bariloche y Cipolletti, otras ciudades complicadas.
Sin embargo, el mensaje que Iberó envió a las ciudades y localidades adonde hoy se flexibilizaron la mayor parte de las actividades, tuvo una fuerte carga de advertencia. «Hay que cuidarse» y respetar reglas básicas de la prevención como la higiene, el tapaboca y fundamentalmente el distanciamiento social, ya que desde el fin de semana hay un notable aumento de circulación de personas en los comercios y también en las caminatas al aire libre y actividades físicas.
Si esta movilidad deriva en aglomeración de vecinos y surgieran focos de contagio, entonces la vuelta atrás en las etapas del aislamiento será una realidad derivada de la inconducta civil.