El tercer ojo de la Justicia
(ADN). – La figura de la Justicia con una mujer con los ojos vendados, una balanza en una mano y una espada en la otra, trata –con poca suerte- de trasmitirle al justiciable que se juzga a todos por igual.
En Río Negro este símbolo no siempre se ajusta a la realidad y hay una mirada distinta según los intereses propios de la corporación y las influencias políticas de los gobiernos de turnos, donde no es necesario ser muy memorioso para recordar hechos judiciales de trascendencia que tuvieron resoluciones amainadas a conveniencias de la propia casa o intereses del Poder. Se juzga con un tercer ojo que no está vendado.
Se conoció en General Roca, publicada en este medio, un fallo de la fiscal Julieta Nazarena Villa, donde desestima una denuncia del ciudadano Andrés Nicolás Suárez Colman, por peculado contra el ex intendente de esa ciudad valletana, Martín Soria. La acusación sostenía que se había descontado porcentajes de sueldos de funcionarios municipales, cuya recaudación se entregaba al jefe comunal para actividades políticas, en suma, un aporte partidario que salía de las arcas públicas.
Se difundió este fallo donde se observa que la fiscal se tomó un tiempo de 10 meses para rechazar la denuncia y argumenta su resolución en una investigación del Ministerio Público donde se tomaron decenas de declaraciones a funcionarios y agentes municipales, se solicitaron informes bancarios, a las oficinas de personal, al Tribunal de Cuentas y otros procedimientos propios de la investigación.
Se podrá estar de acuerdo o no con el fallo de la fiscal Villa, pero lo que no se puede obviar es que fundó su fallo con pruebas y testimonios que recabó en su trabajo de investigación.
Lamentablemente no se puede decir lo mismo sobre el tratamiento que tuvo el Ministerio Público Fiscal en Viedma, sobre la denuncia presentada por el ciudadano Guillermo Vallori, que pidió que se investigue si la jueza Rita Custet cobró un adicional en su haber cuando fue por dos años directora de Asuntos Legales del ministerio de Gobierno de Río Negro, en tanto la magistrada actuó como jueza subrogante del Superior Tribunal de Justicia y ratificó con su voto la condena contra miembros del gabinete de la administración del ex gobernador Miguel Saiz, en la causa conocida como sobresueldos.
En su denuncia –presentada el 15 de septiembre en la Comisaría Tercera de Roca- pide que se investigue si Custet, como casi todos los funcionarios en aquella época, percibió sobresueldo en sus funciones, cuestión que invalidaría su actuación como jueza subrogante en la causa. También solicitó que se informe si renunció a cobrar este adicional. Por esta situación hay una presentación contra Rita Custet en el Consejo de la Magistratura.
La reacción de la Justicia fue diferente a la denuncia por peculado en la causa contra Martín Soria y la actuación del Ministerio Público lejos estuvo en el caso Custet, de promover una exhaustiva investigación, consultando información, recabando datos en las oficinas públicas correspondientes, depósitos bancarios, etc, tal como se informó que hizo la Fiscal Villa en General Roca.
Funcionaron los anticuerpos y se despertó la alerta. El propio denunciante Vallori, explicó en una nota a ADN, que “con sorpresa recibí el 8 de octubre un oficio del Ministerio Público, firmado por el fiscal jefe Juan Pedro Peralta, donde me informaron que mi denuncia contra la jueza Rita Custet, fue desestimada porque no configura delito, de acuerdo al Código Procesal Penal”.
El denunciante calificó como “servicio exprés” a la resolución del Ministerio Fiscal dictada “en tiempo record”, si se tiene en cuenta que la denuncia había sido presentada 23 días antes en la comisaría de Roca.
A la Fiscal Villa le llevó 10 meses concluir en que el ex intendente Soria no había incurrido en peculado, escuchar testigos y recabar múltiple documentación. En el caso Custet no fue así. Guillermo Vallori nunca tuvo respuesta a su pedido de investigación. Sobre esta resolución no hubo información oficial, que además según el denunciante la causa fue mal caratulada.
“Rápidos y furiosos”. Se protegió a la jueza y la corporación en Viedma funcionó una vez más. La autoprotección brinda seguridad y garantía de seguir en el status de privilegios y prebendas.