«La figura de Mauricio Macri es muy fuerte aún», dijo Pichetto
(ADN).- El auditor General de la Nación envió un fuerte mensaje interno a la coalición de Juntos por el Cambio. Miguel Pichetto enterró la estrategia judicial contra el kirchnerismo, dijo que en política hay que definirse, desestimó estar permanentemente «en el medio», y aseguró que la figura del ex presidente Macri está vigente.
En una entrevista con el diario Río Negro, el ex senador criticó al gobierno de Alberto Fernández y alertó que el poder real está en la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Qué balance hace del primer año de gobierno de Fernández?
Totalmente negativo. Es cierto que la pandemia impactó en todo el mundo, pero en la Argentina lo hizo de una manera muy especial. No hay nada positivo. Podríamos analizar como un hecho de rescate el acuerdo con los acreedores privados y el camino iniciado con el FMI que espero que se concrete. No haber caído en default es importante para el país. Pero la cuarentena no nos deja nada favorable, ha aumentado la pobreza, ha incrementado la pérdida de empleo, la inflación va a ser muy alta este año y tiene una proyección para el año que viene mucho mas alta. Unos 4 millones y medio de desocupados. Este año es un año para el olvido. Lo ha sido para el mundo, pero acá hay situaciones especiales y tienen indudablemente naturaleza política y de decisión de la Argentina.
Habla de consecuencias económicas. ¿Qué balance en términos de política?
La dinámica estaba cantada desde el año pasado. Algunos colegas periodistas se sorprenden de que el poder en la Argentina tenga una figura como la Vicepresidenta muy fuerte, que marque agenda, que defina líneas de acción en el gobierno. No deberían sorprenderse, estaba planteado desde la misma construcción política en el momento en el que se elige la fórmula. La figura más poderosa del Frente de Todos es la Vicepresidenta. Por lo tanto el desarrollo de la acción política de este año se corresponde con esa construcción. No hay sorpresa salvo para algunos desprevenidos que analizan la política de manera ingenua. El poder está en la figura de la Vicepresidenta y el Presidente está tratando de reconfigurar su rol, su perfil.
Algunos creían sí que el poder iba a pasar a manos del Presidente, pero otros esperaban que al menos construyera algo de poder. ¿Lo hizo?
Ni siquiera lo intentó. Parecía que quería hacer un gobierno con los gobernadores y no lo hizo. Hoy se acerca a los intendentes del conurbano, ahí también se despunta un conflicto con La Cámpora que quiere una renovación. No ha logrado el Presidente consolidar un perfil propio. No quiere decir que no pueda hacerlo, pero ahora no lo logró y ni siquiera lo intentó. Porque es consciente de que la coalición de gobierno tiene que mantener la unidad y que el poder de la Vicepresidenta y el control de las Cámaras es muy fuerte. Él está asumiendo esa realidad.
Cristina cada vez que habla le marca la cancha a Fernández. ¿Tiene que ver exclusivamente con que quiere que el gobierno le resuelva su frente judicial?
La reforma que planteó el Presidente sobre Comodoro Py, la mal llamada reforma judicial, a la Vicepresidenta no le va ni le viene porque ella ya pasó por la primera instancia. Se llevó la marca, como en el fútbol, de una reforma que no es para ella. Lo que está en debate para la Vicepresidenta es el tema de la Corte y puede haber una iniciativa ahí. La comisión de juristas del Presidente plantea un tribunal intermedio, que es algo novedoso. Pero la Vicepresidenta se ha referido a la gestión, sobre funcionarios que no funcionan, no solamente se ha ocupado de la temática judicial. Yo lo analizo desde la política, desde la construcción de poder. La agenda judicial, que nutre la agenda de los diarios, está agotada. Los grandes temas de la Argentina se ocultan detrás de la información judicial, y no se permite asumir los grandes debates del rumbo económico, los grandes acuerdos, de política internacional, que ha sido ahora totalmente errática. Hemos estado coincidiendo con mundos oscuros, como Venezuela.
¿Qué espera de este año electoral? ¿Irá como candidato?
No tengo definido una candidatura, va a depender de cómo evolucione la fuerza opositora, de cómo sea el escenario. Lo evaluaremos. Sí tengo claro que voy a seguir trabajando en política y que hay que mantener Juntos por el Cambio. Para la oposición el año termina razonablemente porque hemos mantenido la unidad. Ahora hay que poner ideas, no basta con ser bueno o moderado o del centro y la avenida del medio. Esos son elementos muy precarios en política, que de ninguna manera sirven para seducir a una sociedad que quiere un mensaje claro y contundente sobre el rumbo.
Cuánto tuvo que ver en la unidad la impericia del gobierno, el relato del enemigo, y cuánto, la pericia de la oposición para mantenerse unida?
Hubo un esfuerzo de mantener a los actores de JxC, con reuniones periódicas, con diálogo. Hubo una falsa visión que se instaló en el año sobre moderados y duros, toda una pavada que era funcional para los que gobernaban y necesitaban diálogo y acuerdo con el gobierno. Pero todos entendíamos que era posible eso y que había que hacerlo, nadie le negaba a Larreta la posibilidad de dialogar con el gobierno de Buenos Aires o con el nacional. Dejando de lado esa historia, se mantuvo una cohesión, una línea, un discurso. Tenemos que ser fieles con los que nos han votado. Eso se ha mantenido. Hay matices, hay visiones, hay algunos con esa mirada de centro, de “no hay que responder nunca nada”… el perfil está en debate. Yo creo que no conviene perder votos por derecha, hay que dar un mensaje a ese sector. Hacen falta definiciones, en el principal distrito del país, la Provincia de Buenos Aires; qué va a hacer la ex gobernadora Vidal, son temas que hay que empezar a resolverlos ya en el primer trimestre del año.
Me dice que es falsa la dicotomía entre duros y moderados, pero al mismo tiempo me habla de los que no quieren confrontar.
La política implica debate de ideas. Hay etapas de conflicto que hay que asumirlas. Creer que la política siempre es “uh, el diálogo, todos buenos, pongamos la otra mejilla” es un error, un error. En política tenés que pararte, tener ideas, perseverar.
¿Falta definirse un líder?
Yo creo que hay un líder, una figura todavía muy fuerte que es la de Mauricio Macri, que en los últimos tiempos se reposicionó. Hay que cuidar esa figura, porque implica también un núcleo duro de adhesión de 25 o 30 puntos. Es un error analizar la política siempre mirando para adentro de la coalición, pidiendo que se jubilen.
¿Qué errores le reconoce al gobierno de JxC? La herencia es uno de los principales argumentos políticos del Ejecutivo.
El escenario que recibió el gobierno fue una economía con complejidades pero se han agravado todas las variables. Ese argumento ya no funciona. El balance del gobierno de JxC ya lo hizo la sociedad cuando votó. Esa evaluación del pasado ya no sirve. Claro que hubo errores: las dos devaluaciones del 2018, no tomar medidas impositivas en 2019 que aliviaran a sectores productivos, no haber tenido en cuenta una mejora de los salarios de los trabajadores, el ajuste tarifario muy duro. Hubo ingenuidad en la política social, se le daba todo a los adversarios para que hicieran política ellos, a los gerentes de la pobreza, a los Grabois, a los Pérsico. Todos esos fueron errores.