Juntos Somos Río Negro y la teoría bilardista
(ADN).- Orden y disciplina fueron la base de la teoría bilardista en el fútbol (herencia de Osvaldo Zubeldía), que le permitió al “narigón” triunfar y obtener con la selección nacional un campeonato y un subcampeonato mundial.
Dedicación plena y esfuerzo, donde cada jugador en su puesto sabe lo que debe hacer en función del conjunto y en pos de un objetivo.
Esta teoría se traslada a Juntos Somos Río Negro en la política provincial. De esta manera pareciera enfrentar el compromiso de las próximas elecciones nacionales, donde también prevalecen otros dos conceptos bilardistas: el tiempo y la oportunidad.
JSRN administra el Estado y cada uno cumple sus funciones. Arabela Carreras en la conducción del gobierno; el senador Alberto Weretilneck comanda el partido y es el principal estratega de campo; Facundo López preside el bloque oficialista y los intendentes completan un esforzado medio campo donde enfrentan la pelea día a día de cara a los vecinos, con jugadores con experiencia como Pesatti, Gennuso, Di Tella, Casadei, entre otros.
Es vital conocer al adversario para armar el equipo que va competir. Un día de 1986 –previo al mundial de Méjico- le preguntaron a Bilardo como armaría el equipo y respondió: ¿Con quién vamos a jugar?
De ahí que debe dimensionar en su justa medida la importancia del adversario y el valor de las elecciones nacionales, donde participar no puede generar dudas, ya que la experiencia que se vivió con la candidatura de Fabián Gatti, en 2017, no se puede repetir.
Juntos va tras un objetivo, que no es ganar, pero sí sumar una nueva banca en la cámara baja del Congreso y subir un peldaño en la valoración que hace el gobierno nacional de los partidos provinciales y aumentar su poder de negociación con la Casa Rosada. Con esto estaría cumplido.
El Frente de Todos es el favorito –con el PJ como columna vertebral- como sucede generalmente en las elecciones de medio término, aunque luego cuando juega por el premio mayor la historia es distinta. El FdT tampoco se puede confiar y errar en el candidato o candidata porque corre el riesgo de dispersar el voto de algún distraído que siempre busca el abrigo del oficialismo.
Puro bilardismo: JSRN piensa en el tiempo y la oportunidad. Su rival es Juntos por el Cambio, pero en ese espacio electoral futuro le teme a la polarización nacional que se instale en los medios de comunicación, pero principalmente a no poder encontrar el discurso y el candidato o candidata, Cuenta con una ventaja: conoce de antemano al postulante de JxC y sabe “cuanto mide Tortoriello”. Esto es tiempo.
¿Y la oportunidad? Está en el Gobierno. La estrategia electoral y el mensaje a los rionegrinos debería orientarse –además de la impronta provincialista- en llegar a las elecciones con el mayor número de rionegrinos vacunados y de esta manera avanzar en la recuperación de la economía, sin olvidar de garantizar la estabilidad del salario y la vuelta paulatina a la presencialidad escolar. Para esto son indispensables los acuerdos con las organizaciones sindicales.
En definitiva seguir con la línea nacional. En esto también habrá apoyo.
El rival de JSRN es el macrismo, figura visible de los anticuarentena, de aquellos que restan importancia al Covid-19, que desconocen aun lo que sucede en el mundo, en realidad un discurso anti Estado, cuando el propio Estado es el que tiene que tener más presencia frente a la pandemia para ayudar en el campo sanitario, social y económico, como sucedió en todos los países, cualquiera sea su gobierno e ideología.
De esta matriz saldrá el discurso electoral del macrismo con críticas al gobierno nacional y al gobierno provincial, desconfiando de las vacunas y cuestionando al “estatismo” y la asignación de los recursos.
Esta opción no le deja alternativas a JSRN: poner en valor lo realizado en estos meses atípicos de gestión -con aciertos y errores- y el compromiso de todo el equipo del oficialismo.
“Al equipo le pido concentración” decía Bilardo