Quilmes proyecta millonaria inversión en Fernández Oro
(ADN).- La cervecería y maltería Quilmes invertirá u$s 3,5 millones en la localidad rionegrina con el objetivo de alcanzar una producción de 160 toneladas de lúpulo a partir de 2025.
De esta manera, Quilmes sumaría 40 hectáreas a las 50 que ya tiene para la producción de este cultivo en esa ciudad del Alto Valle. La proyección es alcanzar las 90 hectáreas para la cosecha 2024-2025 y pasar de 60 a 90 empleos directos, más los indirectos que se generarán. En la actualidad, se producen más de 1000 kilos de lúpulo por cada hectárea.
Fernández Oro cuenta con una planta donde se procesan los lúpulos locales y los de la zona cordillerana. Allí se inicia el proceso de separación de la flor, el secado, el enfardado y la peletización, que luego dan lugar a la Fernández IPA y la Wet Hop IPA de Cerveza Patagonia.
“Esta ampliación es parte del plan de inversiones de Cervecería y Maltería Quilmes, con foco en producción local, la sustitución de importaciones y el aumento de exportaciones. Seguimos apostando e invirtiendo en la Argentina, como hace más de 130 años, desarrollando la agroindustria cervecera con una mirada productiva y federal”, aseguró Juan Mitjans, director de Asuntos Públicos de Cervecería y Malteria Quilmes.
Prácticamente, el 70% de lúpulo que se consume para la producción de cerveza en la Argentina es importado. La región produce apenas un 30% del volumen que requiere la industria cervecera. De allí, la importancia de proyectos que busquen revertir esta situación, “con lo cual este tipo de inversiones impactan directamente en la sustitución de importaciones, generando en el país producción y trabajo local”, señaló en declaraciones a Télam el intendente de Fernández Oro, Mariano Levin.
Según datos oficiales, Río Negro tiene unas 160 hectáreas implantadas con lúpulo. El Bolsón ocupa el 80% de la producción y el 20% restante se divide entre General Roca, Fernández Oro y Villa Regina, aunque también hay producción en otras partes de la provincia.
Según se informó, en una primera etapa, la inversión estará destinada al aumento de la capacidad productiva, la incorporación de nuevas tecnologías para procesos y mejoras en el sistema de riego y maquinaria agrícola. En la segunda y tercera etapa, apuntará a aumentar la calidad de la cosecha, elevando los estándares actuales a los de los grandes países productores de lúpulo, como los Estados Unidos y Alemania.
“Esto consolida a Río Negro como el principal productor de lúpulo de toda la Argentina y a Fernández Oro la coloca entre las principales productoras del país», agregó. Y aseguró que «si la empresa hoy está realizando este anuncio es porque ya hay un camino recorrido desde 2016». Desde ese año, «la compañía viene mejorando sistemáticamente la cantidad de hectáreas en producción, de su marca Patagonia”, puntualizó Levin.
Por su parte, el ministro de Producción de Río Negro, Carlos Banacloy, destacó que “se está retomando la agenda a partir de muchos esfuerzos importantes de los productores”. “La chacra de Fernández Oro había quedado relegada en la estrategia de la compañía, pero cuando surgió con fuerza la marca Patagonia, se decidió retomarla. Sabemos que cada zona le da una particularidad especial al lúpulo y la Patagonia tiene una impronta local”.
La producción en Fernández Oro se inició en 1974. El primer proyecto logró que se generaran variedades propias de la compañía y se trabajó principalmente con las Mapuche, Traful y Nahuel, que hoy siguen siendo las más producidas.
El ministro afirmó también que “se necesita una macroeconomía que de estabilidad o un grado de visibilidad mayor”. “Es necesario que haya presencia de los municipios no solo en los complejos más importantes como pueden ser la producción de peras y manzanas, sino también otras producciones que son incipientes, pero que en definitiva terminan siendo muy importantes para la región”, consideró el funcionario.
“El principal beneficio de esta localidad es el buen clima. Para producir lúpulo se necesitan tres factores: el primero tiene que ver con los suelos, el segundo con el clima y el tercero con la latitud donde se siembra. En Fernández Oro, la latitud está entre 36° y 38°, por lo que esta característica da las horas de luz precisas que necesita el lúpulo. Como aquí las condiciones se dieron, el lugar es ideal para sembrar”, explicó Luis Dimotta, quien fue jefe de control de calidad de la chacra de Fernández Oro hasta 2019 y hace más de 25 años trabaja para Quilmes.