Juntos se abroquela y mira al 2023. ADN

Juntos Somos Río Negro incorpora a su conducción a la gobernadora Arabela Carreras, quien asumirá como vicepresidenta y se suma a las ya existentes de Pedro Pesatti, intendente de Viedma y Alejandro Palmieri. Todo bajo la conducción excluyente de Alberto Weretilneck. Juntos integra.

Seguirá como secretario general Gustavo Gennuso y completan la mesa ejecutiva Mónica Silva, Mabel Yahuar, Mónica Balseiro, Luis Di Giacomo, Adrián Casadei, Marta Milesi, Mercedes Leiva y Bruno Pogliano. Facundo López continuará al frente de la Asamblea Provincial de JSRN.

El partido se aglutina y cierra filas con vistas a las elecciones 2023 -que se prevén para abril o mayo- y asienta su poderío en los resultados electorales, la suma de dirigentes y en el crecimiento de sus cuadros, con la incorporación de sectores jóvenes en el aparato administrativo. Podría decirse que hoy Juntos está más allá de Alberto y Arabela.

De todos modos, se trata de dos actores protagonistas principales, en la conducción y estrategia partidaria y en la administración del Estado rionegrino. Según un relevamiento de febrero del estudio de consultores PAR, Weretilneck tiene 63% de imagen positiva y 26% de imagen negativa, mientras que Carreras suma 63% de positivo y 25% de negativo.

Sin dudas la gobernadora sorprendió y superó las expectativas del inicio de gestión. Se ubicó en un escalón arriba de la política doméstica y vericuetos internos. Se plantó con una mirada estratégica para el desarrollo rionegrino, como una estadista, que además encontró ecos en la Casa Rosada para este propósito.

Entonces, para resolver el futuro no habrá competencia, pero sí acuerdos. Esto no significa la ausencia de conflictos internos, lecturas y miradas distintas hacia el interior de Juntos, pero se soslayan ante la necesidad de abroquelar el partido con miras al 2023. No hay riesgos.

Juntos como todo partido provincial se explica por sí mismo. Su ámbito es el territorio y la defensa de sus intereses y con ese propósito Weretilneck trabaja en el Senado con políticas de consenso y apoyo al gobierno nacional, mientras que Carreras mantiene fluidas relaciones con la Casa Rosada y los ministros del Ejecutivo de Alberto Fernández. Este especial vínculo pragmático es inherente a los partidos provinciales y se mantiene con independencia del color político en la relación Nación-Provincia. En el contexto patagónico Arabela Carreras tiene un 67% de nivel de aprobación; Gustavo Melella (Tierra del Fuego) 56%; Omar Gutiérrez (Neuquén) 47%; Alicia Kirchner (Santa Cruz) 39% y Mariano Arcioni (Chubut), el 14%.

Todos miran el 2023 y algunos ya avisaron por donde irán. Bruno Pogliano, intendente de El Bolsón, planteó su propósito de reelección como jefe comunal en la ciudad andina. Muchos tienen el mismo pensamiento y estos intendentes, con posibilidades de un nuevo mandato, constituyen el entramado de la base territorial de Juntos.

En los casos en que no se cuente con el gobierno municipal, se irá en esa conquista. El ejemplo es General Roca, donde el partido del gobierno perdió por solo cuatro puntos en las últimas elecciones, un bastión sorista que muestra vulnerabilidad. Juntos huele sangre y comenzó la tarea de juntar a todos los sectores internos -se volvió a conversar con Tania Lastra- con el proyecto de ir todos juntos detrás de la candidatura a intendente de Roca del ministro de Producción y Agroindustria, Carlos Banacloy.

¿Dónde asienta su poder electoral Juntos? Podría analizarse que tuvo la virtud de saltar la grieta y sumar sectores que no se ubican en ninguno de los polos K y Anti-K.

Los datos relevados en Río Negro indican que el 14% es kirchnerista y el 23% anti-K y que el 5% es macrista y el 21% es Anti-M. Esto demuestra que Juntos al estar lejos de esta ecuación, recoge la adhesión de quienes se sienten afuera de la dicotomía nacional. Precisamente ese fue el discurso electoral que le permitió el triunfo.

Hoy Juntos identifica al neoliberalismo como adversario a vencer y en esto coincide con el Frente de Todos. Esta política pone proa en vencer a Aníbal Tortoriello, de Juntos por el Cambio, en su pretensión de ganar la gobernación provincial, una tarea que no le impide, a su vez, al oficialismo en el parlamento en tener buenas relaciones con el bloque unipersonal de JxC. Juan Martín, único representante macrista votó mayoritariamente junto con la bancada de JSRN. Sólo se diferencia en los Proyectos de Declaración con contenidos críticos a la gestión presidencial de Mauricio Macri.

No es JxC un adversario a temer, que, a pesar de su ambicioso proyecto de gobernar en Río Negro, su plan de máxima es sumar cuatro o cinco legisladores a su actual bloque.

Por el contrario, la pelea de JxC en el campo electoral será con el FdT, que tratará de recuperar el terreno perdido en manos del neoliberalismo.

A poco más de un año de las elecciones provinciales, Juntos se permite políticas de alianzas con sectores del radicalismo, independientes, gremios y otros a quienes convoca a la competencia de principios de 2023. Esta estrategia deja en libertad de acción a estos aliados para su definición en las presidenciales de octubre.

Juntos no muestra debilidades. Habrá escarceos en algunas localidades que se resolverán en el espacio propio. Ya hay sedimentos de dinosaurios en algunos dirigentes y referentes históricos y se abre paso a nuevas generaciones que empujan, quizás con menos bagaje en su formación política e ideológica, pero con mucho pragmatismo, la enseñanza interna que más aprecian.