“La paciencia tiene un límite”
(Por Ariel Rivero*). – Todo tiene un límite y si bien soy una persona con mucha paciencia, la situación me desborda. No encuentro la manera de hacerle entender tanto a las autoridades provinciales como a las nacionales que esto es también Vaca Muerta y que estamos teniendo una demanda que ya es muy complicada y que en pocos meses más será inmanejable.
Humildemente desde el municipio hicimos todo y más de lo que estaba a nuestro alcance, realizamos obras para una mejor prestación de los servicios y embellecimiento de la ciudad, está ordenado y con todas sus cuentas al día, pero necesitamos indefectiblemente que provincia y nación brinden la atención que le corresponde a ellos, para atender la demanda en la región, a la que observan solo por lo que produce, pero se olvidan de que arriba de esa riqueza mayúscula que están explotando, vivimos ciudadanos de carne y hueso y gobernantes que nos debemos a nuestros vecinos y sinceramente ya no damos abasto.
Han pasado más de ocho años ya desde que se viene desarrollando este lugar que mira el mundo. Allá por el 2015 siendo legislador manifesté a quien me quisiera escuchar en la Provincia y en la Nación que necesitábamos atender lo que se venía. Que era necesario desarrollar estrategias, ordenar y planificar el crecimiento que esto traería aparejado. Parece que nadie escuchó.
Cambiaron las autoridades e insistí hasta el cansancio con el tema. Nadie dio respuestas, solo acompañamientos coyunturales, que siempre se agradecen, pero nada de planificación, era necesario un plan gradual e integral, establecer un eje ordenador con acciones a corto, mediano y largo plazo para no llegar a esta situación que tiene un fuerte impacto en el crecimiento urbano, en la vida de la gente y en la sustentabilidad medioambiental.
Ahora, ya transcurrido el tiempo sin respuestas, ya tenemos a nuestros pibes tomando agua sucia, la ruta hecha pedazos, el hospital que pasó por momentos de zozobra, y todos sabemos que la demanda crece hora a hora.
Hemos presentado de nuevo en el inicio de la actual gestión del presidente Alberto Fernández todo lo necesario para la construcción de una nueva planta potabilizadora, que ahora ya es indispensable, y nos vienen dando vueltas con compromisos y promesas que no se pueden creer.
Como ya dije muchas veces, no estoy hablando de valiosos emprendimientos inmobiliarios ni grandes inversiones, simplemente que se ocupen de ayudarnos a tener agua limpia y a poder atender las necesidades de la salud, la educación y la seguridad de la gente.
Esa misma gente que todo el día le pone el lomo, que tiene a sus hijos expectantes por la generación de nuevos puestos de trabajo, pero que no alcanzan a comprender porque si vivimos en un lugar maravilloso para el mundo, su calidad de vida y la de sus familias va decayendo.
De verdad, en este pueblo todos nos ilusionamos muchos con Vaca Muerta, pero la ilusión se va disipando día a día inversamente proporcional a la cantidad de gas, petróleo y dinero que se están llevando desde abajo nuestro, en uno de los mayores emprendimiento energéticos del mundo.
No se puede hablar de crecimiento, federalismo y posibilidades sin un proyecto de provincia y de Nación que involucre en primer término a la gente. Funcionarios y toda la dirigencia política del País se regodean hablando de la segunda reserva mundial de gas y que la Argentina se levantará de la mano de Vaca Muerta, pero se olvidan de lo más importante que es la gente. No se entiende al gobernante o al político que no prioriza las necesidades y el bienestar de sus conciudadanos. En esta parte de mi provincia lo estamos sufriendo.
*Presidente del Concejo Municipal de Campo Grande