El Río Negro del futuro y la construcción del poder. ADN
Argentina juega un rol bipolar. Por un lado, un país apremiado por las urgencias económicas y por otro lado vive una etapa de crecimiento con un futuro que se vislumbra como promisorio ante la crisis energética mundial.
Un país que se debate ante la discusión del dólar con corridas especulativas, donde la derecha política cuando no participa de golpes institucionales los evoca. Los analistas dicen que pasará, si el gobierno acierta con la economía en los próximos meses. El capital “es cobarde” si está solo, dijo el intendente radical de San Isidro Gustavo Posse.
En paralelo y a pesar que el conflicto bélico de Rusia y Ucrania afectó al país, como a la mayor parte del mundo, esta situación internacional abrió el mercado de importación de energía, sobre todo en Europa, y Argentina se posicionó en un lugar estratégico como poseedora de recursos energéticos. Este es el perfil a desarrollar.
Río Negro tiene mucho que ver con este escenario y vale citar la convocatoria a la Quinta de Olivos que hizo en la semana el presidente Alberto Fernández a la gobernadora Arabela Carreras y al senador Alberto Weretilneck, precisamente para tratar estos temas estratégicos. La Provincia tiene gas, petróleo, un proyecto en ciernes para producir Hidrógeno Verde y la posibilidad -impulsada por Nación- de construir una planta de licuación de gas natural para exportación, en el puerto de San Antonio Este, un commodities que aumentó su valor en el mundo.
Pronosticar que sucederá en el país en el futuro inmediato es un albur. Pero concluir que JSRN ganará las elecciones en Río Negro es más previsible y será su responsabilidad conducir este proyecto de una provincia con nuevo perfil energético, con ingresos de divisas, que permita salir de la estacionalidad frutícola y turística.
Este es el desafío principal para quien gobierne el año que vine y también para el resto de los partidos políticos y sectores económicos, gremiales y sociales provinciales.
El peronismo a nivel nacional cuenta con JSRN como aliado para seguir en este proyecto exportador energético y sobre todo el Hidrógeno para vender energía limpia, donde además ya hay otros países interesados en invertir en estas tierras, a lo que se suma el pedido e interés de la UIA, para no quedar afuera a expensas de empresas multinacionales.
¿Y el peronismo rionegrino?
La respuesta de esta pregunta daría la clave de su futuro. El peronismo está enfrascado en una pelea de patio trasero, que a la vez no es inocente.
Hay una visualización de construcción política que comenzaron a delinear Alberto Weretilneck y Martín Doñate, con apoyo de intendentes justicialistas, en ser parte de un acuerdo que acompañe esta posibilidad, no ya en términos electorales propios sino en el apoyo que necesitaría JSRN en el parlamento rionegrino, para buscar las herramientas que el futuro demande.
Y ahí está la pelea verdadera. Hasta el momento Doñate construyó una relación que permite visualizar que será el interlocutor válido para esta posibilidad de Río Negro con base energética. Hoy controla el PJ, con críticas del sorismo que invalidan esta situación, y se espera que Martín Soria convoque al Congreso para quitar toda posibilidad de un acuerdo con el oficialismo.
El peronismo se detuvo en un dilema falso: ¡Acuerdo si o acuerdo no! Sin poder interpretar el contexto que viene, porque Juntos no abrirá la fórmula ni las listas de diputados. Hay una convocatoria para compartir un proyecto de futuro con consensos en las políticas de Estado y no coyuntural. De todos modos, aunque se entienda, sirvió a algunos como excusa para confrontar.
¿Cuál es la pelea entonces? Una lugar en la Legislatura. El posicionamiento que busca un conjunto de dirigentes en ocupar puestos de expectativas en las listas de legisladores y estar en valor para constituirse a partir de diciembre del 2023 en los interlocutores del futuro gobierno. O sea, que los que hoy son anti acuerdistas, se preanuncian como los acuerdistas de mañana, desplazando de ese rol a Doñate y a la representación institucional partidaria. El objetivo es ubicarse lo más cerca de una banca en la Legislatura.
De todos modos, habría que ver en este contexto cual es el interlocutor que elegiría Juntos para acordar las políticas de Estado que se requieren a futuro.
Entre los más optimistas vaticinan que el peronismo puede ser segundo. JxC, que lo desplazo de ese puesto, viene con viento de cola y nada hace pensar que pueda perder votos. Este tercio podría repetirse.
Para el oficialismo será una tarea de tablero político pensar en gobernar con un bloque de JxC, adverso y con políticas económicas e ideologías que sustentan un Estado achicado, preponderancia empresarial y libre mercado sin control, en una provincia con potencial energético. Por esto, se reitera hacia el interior del partido gobernante., que un sector del peronismo puede ser un buen compañero de ruta, y así se demostró últimamente.
La interna
Lo que viene es de pronostico reservado. Cristina envió un mensaje de unidad y consenso nacional, desde el Calafate, sobre todo para su propia tropa donde pidió que hagamos, “más allá de las ideas”, que nadie les pide que renuncien, un esfuerzo de unidad porque “tenemos que encontrar un punto de coincidencia común porque si no, no va a haber Argentina para nadie” y “acordemos sobre varios asuntos”.
No es este hoy el contexto provincial en el PJ y se vienen disputas internas con consecuencias a futuro. Hay un sector instalado en el Partido y otro -que expresa el sorismo- y que junta a varias expresiones, pero que no tiene candidato, y de esta manera entre unos y otros se fomenta la grieta.
En ese intersticio se coló Convocatoria Peronista “Hay 2023 en Río Negro” y aprovechó el momento para visibilizar que no hay sólo dos sectores en el PJ y fungen el slogan: “somos democráticos para afuera y queremos democracia para adentro”. Se pudo conocer que esta línea interna dará el apoyo a Gustavo Casas, como candidato a gobernador y que tendrá el acompañamiento del sorismo y el resto. Ahora, prepara un acto en Viedma para la primera semana de agosto. Quiere internas, presentará listas propias en varios municipios o en alianzas, con sería el caso de Villa Regina.
No hay en ellos virulencia en las críticas al doñatismo. Hoy este sector, que suma adhesiones, evalúa con responsabilidad lo que podría ser el próximo resultado electoral, sin triunfalismos y con conciencia del próximo rol que tendría el parlamento provincial.
Nada hace pensar en que habrá un esfuerzo para lograr consensos y unidad en el PJ, porque siempre fueron valores reticentes y cuando lo logró fue gobierno. Resta transitar el camino de las elecciones internas y medir fuerzas electorales.