Unitarios y federales. ADN
Karl Marx sentenció en el comienzo de El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, que la historia ocurre dos veces: la primera vez como una tragedia y la segunda como una farsa.
La argentina jugó en los últimos días en un intento de reeditar la lucha entre Unitarios y Federales, desde 1816, en el país. En realidad, como dice Marx, una farsa.
El presidente Javier Milei enojado porque los diputados no sancionaron la Ley Ómnibus, atacó a las provincias y no hay fondos, eliminó algunos, y prometió dejarlos “sin un peso”.
No hubo una “rebelión federal”, sí protestas, muchas declaraciones a la prensa, pero nada que levante la bandera de la reivindicación federal. Hay muchos intereses cruzados, con mandatarios que gobiernan las provincias de la zona núcleo, en la pampa húmeda, que son “habladores”.
El historiador José María Rosas, escribió que “a unitarios y federales no los separa una polémica teórica por centralismo o descentralismo. Fue una división profunda: dos concepciones antagónicas de la realidad argentina” y aclaró que, “La patria de los unitarios no estuvo en la tierra, ni en la historia, ni en los hombres; era la Libertad, la Humanidad, la Constitución, la Civilización: valores universales. Libertad para pocos, humanidad que no se extendía a los enemigos, constitución destinada a no regir nunca, civilización foránea. La patria compatible con el dominio extranjero que encontramos en todas las colonias”.
Javier Milei jugó duro, y esa centralidad en la pelea le da cobertura y espacio a “Toto” Caputo y Sturzenegger, para seguir con el Plan de Ajuste. El presidente pareciera que actúa como una cortina de humo.
Se disfrazó de Terminator, y posteó “Casta la vista baby”, imitando al actor estadounidense Arnold Schwarzenegger. También en las redes compartió tres pazukim o pasajes de la Biblia, del libro del Éxodo, del Antiguo Testamento, en hebreo. Comparó su enojo con gobernadores y diputados, con el relato bíblico de Moises furioso por la traición de su pueblo.
El emperador Calígula, año 40 dc, tenía su caballo preferido llamado Incitato, que intentó nombrarlo cónsul.
La historia vuelve como farsa.
En este contexto al gobernador Alberto Weretilneck le tocó comandar a Río Negro. Un gobierno nacional que aprieta, que retacea recursos, sin incentivo docente, sin subsidios al transporte, sin aportes discrecionales.
Nada se puede hacer. Las clases van camino a no reiniciarse luego de las vacaciones. Hay un conflicto en ciernes y con escuelas sin trabajos de reparaciones.
Haciendo un ejercicio de archivo, basta con releer el discurso de Weretilneck en la asunción del 10 de diciembre del año pasado. Hoy es prehistoria. Inimaginable el tiempo actual. Por ejemplo, y tomando solo uno, fue enfático en prometer una reforma sanitaria integral, que requiere básicamente de muchos recursos del Estado.
Pero, el mandatario no resignó todo de ese mensaje y la política le impuso más rápido que tarde, acudir a aquellos postulados: “es hora de lograr grandes consensos” y es “hora que de las divergencias hagamos una oportunidad”.
Y comenzó a convocar al diálogo a los partidos políticos y sus bloques en el parlamento rionegrino.
Primero fue el ARI-Cambiemos. El más “amigable” vieja amistad con un asesor parlamentario y además confiado en que nada se hará desde esa bancada que afecte la gobernabilidad. Eso fue ratificado, por supuesto, dejando en claro la independencia e identidad partidaria. Nada que perjudique a la provincia será votado.
Tres temas tratados. Las emergencias en Salud, Ígnea y de Seguridad. Weretilneck las tomó, pero es conocida su posición sobre estas declaraciones y leyes que otorgan concentración de poder.
“Buena reunión” se calificó y las visitas expusieron sobre las experiencias recogidas en recorridas por hospitales y comisarías.
Luego fue el turno de la UCR. Acá sí hay afinidad y todos “son buenos muchachos”, a tal punto que los dos legisladores radicales pidieron trabajar en conjunto con el bloque de Juntos, en temas centrales y lograr acuerdos previos.
Se habló mucho de política y la UCR reafirmó mantener los acuerdos y la identidad política e ideológica, pero siempre en actitud de construcción. También los legisladores volcaron las demandas recogidas en sus visitas por hospitales y demás dependencias oficiales.
Hay cuestiones que tendrán miradas distintas, por caso la renovación de contratos con las presas hidroeléctricas y la negociación petrolera.
El radicalismo y el ARI tienen posturas diferentes con lo que estaría pensando el gobierno provincial, en estos dos temas. Hay que esperar al mes que viene.
En cuanto a YPF, hay otra pelea por un negocio en puerta, que quiere administrar Santiago Caputo, del Grupo Marlboro de Milei, ya que las nuevas autoridades de la petrolera de bandera, que encabeza Horacio Martin, prometen concentrar los esfuerzos en Vaca Muerta, segunda reserva de shale gas y cuarta de petróleo no convencional del mundo y curiosamente buscan desinvertir en las «áreas secundarias», es decir los pozos convencionales, que en muchos casos siguen siendo enormemente rentables. «Es la vieja YPF», afirman despectivos los libertarios. Ahí apunta Caputo, que promovió retirar la Ley Ómnibus, al no votarse las privatizaciones.
Cómo seguirá la ronda del diálogo político. Se estima que con el bloque del PJ-NE, socios electorales y aportantes al triunfo de Weretilneck. La apuesta de esta alianza fue el Gran Acuerdo provincial.
Hubo alguna molestia e hizo ruido en estas relaciones, la posición adoptada por algunos funcionarios del gobierno -operativo periodístico mediante- en afirmar que la designación de Daiana Neri, ex PAMI y del círculo de Martín Doñate, como un cargo que “se pagaba al PJ” dentro del rionegrinismo.
Al peronismo no se lo conforma con un helado de agua.
Weretilneck seguirá reforzando estas relaciones. Sabe que enfrente tiene a Juan Martín del PRO y a Lorena Villaverde, de LLA, además de otros grupos que trabajan para armar el mileneismo en la provincia.
Hay que juntar “de este lado” porque vendrán tiempos de tormentas y habrá que armar un scrum que haga el aguante. Ese es el pensamiento.
Por eso también la reunión con otro “viejo amigo”, Juan Carlos Scalesi, porque el pago de salarios es un tema que preocupa. Se habla incluso de volver a otros métodos ya implementados en épocas de Horacio Massaccesi y Pablo Verani, como el pago desdoblado.
Otro tema se sumó en los últimos días. El gobierno nacional viró hacia el macrismo y el trabajo “de entrismo” del PRO dio resultados. Primero Milei compró “llave en mano” el plan económico de Caputo-Sturzenegger, luego el Protocolo de Seguridad de Patricia Bullrich, y ahora Mauricio Macri, que piensa que el gobierno “se cae” y que tiene mucha inexperiencia e improvisación, acude en su ayuda y quiere subir al gabinete a Diego Santilli y María Eugenia Vidal. El fracaso del gobierno, lo siente como propio.
Un acuerdo entre La Libertad Avanza y el PRO, confirmado por Javier Milei y Mauricio Macri. Hay que esperar el regreso del Presidente de Europa.
De concretarse habrá un giro en las relaciones con las provincias. Algunos piensan que habría mejoras. Los antecedentes indican que no sería el caso de Río Negro.