El peronismo y el sinuoso camino al gobierno
(ADN).- Unidad es la palabra más usada por la dirigencia del peronismo rionegrino en estos días. Ayer, el partido reunió su Congreso y culminó el proceso de normalización de sus órganos internos. Hay una mayoría entusiasta que alega que esta vez hay una oportunidad real -como en 2011- de llegar al gobierno.
«Paso a paso» instó un dirigente desde Lamarque ante la consulta de esta agencia, para evitar que la efervescencia invisibilice los históricos y actuales inconvenientes del PJ, en ese sueño de instalarse en la esquina de Laprida y Belgrano en Viedma. «Lo de hoy (por ayer) fue un buen inicio, un gran paso diría, pero todavía hay que seguir convocando compañeros», agregó.
Más allá de las euforias y las cautelas, el justicialismo logró -tras años traumáticos- ordenar sus órganos partidarios. El Consejo seguirá conducido por Sergio Hernández, y el Congreso por Martín Soria. Así, se consolidó el acuerdo entre los dos sectores mayoritarios: el doñatismo y el sorismo.
El viernes se reunió el Congreso Nacional de PJ y su dirigencia coincidió en que «hay que prepararse para volver a recuperar la conducción del Estado». Hay un diagnóstico en el partido sobre la crisis que está produciendo el gobierno de Javier Milei y ya entrena para la primer contienda electoral: 2025.
En espejo, en Río Negro, la dirigencia confrontará con las políticas de la Casa Rosada y va en busca de más bancas en Diputados y Senadores. Y ven como principal competidor al liberalismo expresado hoy en la alianza de La Libertad Avanza de Lorena Villaverde con Aníbal Tortoriello, que se aleja del PRO.
Pero la dirigencia sabe que habrá escollos. Algunos dirigentes que llegaron ayer a Lamarque aseguraron que desde Juntos «operaron» para que no todos los congresales lleguen a la ciudad de Valle Medio. «Es una señal de lo preocupados que están», chicanearon. Finalmente, estuvieron presentes 79 de 85.
Silvia Horne avisó que no asistiría y criticó la convocatoria. «Es una farsa» posteó en su cuenta de la red social X. Habló de «supuesta conciliación» de los sectores internos, y dijo que la nueva unidad «es un negocio para reactivar cargos». «Quieren consagrarse dueños del PJ quienes jugaron como colectora que habilitó el triunfo de Weretilneck», criticó.
El mensaje fue directo a la construcción del Gran Acuerdo. Consultada una dirigente del doñatismo, contestó que el Movimiento Evita es una partido constituido con sus afiliados y autoridades, recordó que está afuera de la orgánica del PJ, y puntualizó que siempre forman parte de los Frentes que se arman con columna vertebral en el peronismo. De todos modos, indicó: «siempre son bienvenidos».
En los alrededores del senador Martín Doñate subrayan que el acuerdo electoral con el oficialismo fue coyuntural, y que permitió conservar legisladores provinciales e intendencias. Y aunque todavía nadie da por terminado el proceso, el desteñido entendimiento pende de un hilo.
También está al borde la extinción Vamos con Todos, otra construcción electoral coyuntural. Incluso en Lamarque se habló de un interbloque como segundo paso de la unidad, donde confluyan el PJ, NE y los legisladores del sorismo. Esa fusión ya tiene el visto bueno de la intendenta María Emilia Soria.
De todos modos, a nadie escapa que el proceso de unidad será (como siempre) sinuoso y desafiante. Pero las nuevas autoridades plantean un plan: el primer objetivo era ordenar el partido, el segundo es construir la unidad posible en esta etapa, el tercero ganar las elecciones intermedias de 2025. De allí en más vendrán otros propósitos: convocar dirigentes que están en otros espacios, diseñar un programa de gobierno, y ofrecerse como una alternativa de poder, para llegar al 2027.
En lo inmediato viene otra batalla en el Congreso, ya que Javier Milei volverá a presentar la Ley Ómnibus.