No seremos cómplices de la entrega de nuestro futuro
(Por Vanessa Cacho Devincenzi*). – Estamos a favor del desarrollo de Viedma y de nuestra provincia, estamos de acuerdo con impulsar la llegada de inversiones, pero en lo que no estamos de acuerdo es que sea a un alto precio para la ciudadanía provincial y fundamentalmente para las y los viedmenses.
El acuerdo que originalmente habían celebrado YPF y Petronas significaba la inversión de 30 mil millones de dólares, la más importante de los últimos tiempos, y preveía condiciones favorables para la industria nacional y el desarrollo de las economías regionales.
Además garantizaba la contratación de proveedores locales, la transferencia de capacidades y de tecnología y permitía generar nuevos puestos de trabajo argentino.
Este acuerdo tenía media sanción en el senado y desapareció de repente cuando apareció el famoso Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
El RIGI es todo lo contrario:
1- favorece solo a las empresas extranjeras (gran parte de ellas a las que pertenecen funcionarios del gobierno nacional)
2- no exige ninguna de las condiciones establecidas en el proyecto original del acuerdo YPF / Petronas.
3- no exige la creación de un sólo puesto de trabajo argentino, como tampoco el apoyo a los proveedores locales.
4- brinda a las grandes empresas multinacionales privilegios hasta 2054; por 30 años tendrán vigencia los beneficios otorgados para quienes se acojan al Régimen que fue aprobado como parte de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos.
5- pone en riesgo nuestros recursos naturales, promoviendo el extractivismo que traerá graves efectos sociales y ambientales. Beneficiando únicamente a intereses económicos privados foráneos y habilitando a que se lleven todas las ganancias sin que quede ningún dólar en el país.
No podemos permitir que se tomen decisiones que comprometan la calidad de vida de la ciudadanía y sobre todo de las futuras generaciones.
Medidas que afectan los principios de igualdad y razonabilidad para el desarrollo de un país, de una región, entregando nuestra soberanía, independencia económica e industrial.
La pregunta es ¿Qué va a pasar con los grandes pasivos ambientales que se generen en la provincia? Ya que en el nuevo acuerdo no se menciona la realización de evaluaciones de impacto ambiental, dejando claro que no existe previsión alguna sobre sanciones ante episodios de contaminación.
Lo que los políticos tampoco te cuentan es que gracias al RIGI las empresas extranjeras se aseguran el suministro y utilización de insumos durante treinta años sin ninguna restricción, fundamentalmente sobre nuestra agua.
Lamentablemente nuestro gobernador se sumó a esas filas promoviendo la creación de un puerto privado y cuyo manejo no contará con participación alguna de nuestra provincia, nuestros municipios, nuestros trabajadores y nuestros empresarios.
¿De qué beneficio económico se habla para el Este rionegrino cuando, como dice Alberto Weretilneck, solo pondrán la «boya»?
¡Basta de acting!
¿Dónde está el acta compromiso, el convenio donde figure que la planta se va a realizar en Rio Negro?
Está claro que el mundo no se termina en Bahía Blanca, pero no justifica transformar a nuestra provincia en una manguera regalona por la que se regalen nuestros recursos a capitales extranjeros.
Nos quieren imponer entre blanco o negro la falsa dicotomía entre el desarrollo o la protección ambiental, cuando nuestro ambiente, y nuestra agua, es uno de los bienes más cotizados y preciados que tenemos.
No se trata de estar en una vereda u otra de una grieta, se trata de ubicarse en un lugar y nosotros siempre elegimos estar del lado de la gente.
* Concejala PAR Viedma