«No seremos cómplices de una pelea fratricida»
(Por Vamos con Todos*).- Cuando los gobernantes de algunas de las porciones de nuestro territorio nacional se ponen como adversarios entre sí, se estaría configurando la balcanización tan ansiada por los poderes liberales.
Lejos quedan premisas de nuestras raíces, tales como «los hermanos sean unidos» o las «provincias unidas», y se abre una lucha fraticida. El mecanismo es el mismo: demonizar y atacar a un gobernante vecino, presentándolo con los motes y etiquetas que va instalando el poder central para poder dividir.
Esta fragmentación para la dominación, es una vieja estrategia que dio resultado cuando desde el surgimiento de nuestra patria hubo entregadores.
Se hizo en el pasado, con nuestra Banda Oriental, contra el Paraguay, contra nuestros pueblos originarios, y hoy la fórmula se renueva.
En Río Negro los poderes dominantes encontraron un entregador dispuesto a poner en el banquillo de los acusados a su colega bonaerense. Lo va a acusar y ya lo está presentando a los rionegrinos como el enemigo a vencer.
Nuestro zigzagueante gobernador, en su cuarto período del juntismo, quiere convencernos que si luchamos contra un gobernante vecino alcanzaremos la satisfacción de las necesidades de las que carecemos: Salud, educación, alimentación, viviendas, transporte, trabajo, el agua potable en todos los hogares, energía, combustible . A fin de cuentas, nuevas promesas que se desvanecen sin justificación alguna.
Sucede con la posible inversión de Punta Colorada, que resultaría interesante si se tratase de un aporte a nuestro desarrollo, a mejorar la vida los rionegrinos, pero se ha comenzado por el final. Como con el hidrógeno verde, donde primero se entregaron tierras a la empresa australiana Fortescue a cambio de nada, o como el caso de Mekorot (empresa estatal israelí) a la que le aportaron toda la información colectada y construida en casi un siglo por nuestros organismos públicos, y cedieron la propiedad intelectual sin que Rio Negro haya obtenido beneficio alguno.
Nuevamente, con la posible planta de GNL, se repite la misma dinámica: Una promesa, una declinación previa de derechos, a la sindicalización, a la participación del Estado, a los privados locales, al agua y al ambiente.
No es una cuestión de buenos o malos.
Se trata de la distribución de riquezas que pertenecen a los pueblos de las provincias .
En Río Negro existen numerosas economías regionales, todas atravesadas por crisis desde hace más de 12 años, falta de trabajo, pobreza, precariedad en la educación y en la salud.
Hoy nos postulan el RIGI como la solución a todos los problemas económicos de la provincia, pero no es así. El RIGI , tal como viene empaquetado, sólo es extractivismo puro y duro, y sin dejar ganancias en la provincia. No hay derrame, sólo trabajo para algunos pocos por un tiempo limitado. Centralmente es perdida de soberanía atento que dispone la resolución de posibles conflictos en estrados internacionales.
Desde Vamos con Todos queremos que Río Negro se proyecte con desarrollo productivo e industrialización en origen, pero siempre con la necesaria protección al medio ambiente y a los ciudadanos que habitamos la provincia. Que la renta sea una aporte a mitigar el tremendo desequilibrio y descalabro social, y que las riquezas no queden, como siempre, concentradas en un sector o en pocas manos de grandes capitales.
*Silvia Horne, ex candidata a gobernadora; Leandro Costa Bruten ex candidato a vicegobernador; Jaime Arce Partido Comunidad Organizada; Andrea Galaverna partido Incluyendo Bariloche: Raúl Rajneri; Partido del Trabajo y del Pueblo; Magdalena Odarda
partido PARTE; José Luis Berros: Ayelén Spósito; Luciano Delgado Sempé; Fabián Pilquinao legisladores del bloque Vamos con Todos.