El voto del ajuste. ADN
Javier Milei descargó su ira con los senadores que votaron la nueva ley de movilidad jubilatoria, incluído el PRO, que ayudó para alcanzar los 2/3 de los legisladores de la cámara baja. Con todo tipo de calificativos cargó contra los «degenerados fiscales», pero con su enojo no hizo más que demostrar que el ajuste lo paga el sector pasivo y no la casta.
Volvió a mentir con los números que implica un aumento jubilatorio del 8.1%, cuando se refirió a su implicancias en el PBI y en el ajuste fiscal. Brindó cifras disparatadas que instala como una verdad divina que nadie discute y que con ayuda de su batallón de trolls, penetran en la cabeza del ciudadano como una certeza indiscutible.
En sueldo de un jubilado no puede ser el causante del desequilibrio fiscal. Siete de cada diez cobra menos de 300.000 pesos, mientras el gobierno rebajó los impuesto a los bienes personales y a la transacciones de bienes y augura felicidad plena con la puesta en marcha de un RIGI que exime de impuesto a las grandes empresas.
El economista francés Gabriel Zucman, propuso al G-20 gravar a las 3.000 mayores fortunas del mundo que aportaría 250.000 millones de dólares anuales. Sostiene que aumentar el papel como contribuyentes de los denominados ultrarricos “no solo es una cuestión de igualdad”, sino ideológica, “de protección de nuestros sistemas democráticos”, dado que los países “necesitan proveer a sus ciudadanos de servicios públicos esenciales como la Educación, la Salud o la Seguridad Social”.
A las antípodas de Milei, que demuestra que hay otras verdades, quizás no llegadas desde el cielo.
El presidente puede decir cualquier cosa, no solo sobre política económica, sino de otros tópicos, siempre afirmaciones incomprobables, pero una masa importante de votantes, que atraviesa a toda la sociedad, le cree, porque tiene como parámetro de comprobación su experiencia de gobiernos anteriores. Dijo de los legisladores de la Bicameral de Inteligencia que votaron en contra el presupuesto de la SIDE que «si en Argentina llegara a tomar lugar algún atentado terrorista es absoluta responsabilidad de este conjunto de irresponsables que le quitan financiamiento a la inteligencia». Gravísimo. Los culpó de un posible ataque terrorista como la AMIA.
Sin embargo, Javier Milei sigue acumulando la mayor adhesión electoral. Aún tiene credibilidad, pero también los que comenzaron a restarle crédito, los que más sufren el ajuste, miran para todos lados y no tienen quién encarne una alternativa a LLA.
Río Negro vive esta experiencia. Todos los datos de encuestas en la provincia le dan mayor imagen y tendencia al Presidente -aunque en caída mes a mes-, sin que se sepa todavía quien será su representante en el territorio, y lo que es más importante, quien lidera ese espacio en la actualidad. Milei lo sabe y, por ende, no recorre las provincias para no verse contaminado con algún referente de mala imagen que lo dañe, como es el caso de la diputada nacional de LLA, Lorena Villaverde, que como indica el relevamiento de la consultora de Ricardo Vignoni, tiene los peores parámetros negativos y mucho desconocimiento en la población.
De igual modo hay un porcentaje importante de votantes que no acuerdan con el gobierno de Milei, y no sabe a quien votarían. Por esto no debe haber optimismo destemplado en el peronismo, que podría ser la única opción para conquistar al antimileismo, porque al igual que el PRO, con Mauricio Macri, el PJ no goza de buena salud entre los votantes. Debe depurarse y dar señales de renovación. Tampoco Juntos tendría esta posibilidad.
En este esquema se especula, como sucedió en elecciones anteriores, que la izquierda, en todas sus variantes, suba su porcentaje de votos.
Retomar la confianza, no sólo será cuestión de discurso, sino de elección de candidatos. Personas confiables, no tanto en su partido, sino en su trayectoria. No hay más espacio para nominaciones que se escondan detrás de un sello, de dirigentes nacionales, o surjan sin consenso.
La dirigencia de todos los partidos manifestaron que no hay 2027 sin 2025, casi una consigna que obliga a pensar en la estrategia electoral del año próximo.
El peronismo cortó camino, para no repetir errores anteriores, y terminar con los acuerdos cupulares y el dedo de la dirigencia nacional y llamó a internas abiertas sin restricciones y para que todos los sectores internos y espacios aliados demuestren su peso. La fecha es el 25 de mayo del 2025, y una vez resueltas sus candidaturas ir a las PASO, con una sola lista. Hay expresiones de algunas líneas de esperar a las Primarias y elegir en esa instancia. Como sea, el PJ como hace mucho tiempo, practicará la democracia interna.
Surge de una encuesta de Vignoni, conocida el viernes, que la intendenta de Roca, María Emilia Soria, es una referente importante del peronismo, ya que tiene mayor imagen entre todos los jefes comunales de la provincia.
Tiene asegurada su plaza, con «una diferencia histórica de 20 mil votos sobre Juntos Somos Río Negro», sostiene el encuestador y analista viedmense. No es poca cosa. La jefa comunal tuvo conductas de «libero» en jugadas políticas al filo, como mostrarse con el diputado nacional Aníbal Tortoriello (que apura la construcción de un partido provincial), o sumarse al pedido del gobernador Alberto Weretilneck, para adherir al RIGI desde la municipalidad.
A la vez, María Emilia Soria, no está ausente de la iniciativa de convocar a internas en el peronismo, tema analizado y conversado personalmente con su hermano Martín y el senador Martín Doñate, con quien tiene línea telefónica directa.
¿Podrá este peronismo levantarse de las cenizas, tras una interna abierta, libre y transparente, conquistar el anti mileismo? O le pesará su historia reciente del papelón de Alberto Fernández, tanto de su gestión como de su vida privada? Incluso superar su persistente conducta de dividirse y perder elecciones.
Los libertarios están sobrados -por ahora- con la propia imagen del Presidente, que además en la provincia se alimenta desde el antiperonismo. El tema es quien conducirá este proceso electoral próximo y que pueda juntar a todas las expresiones liberales como el PRO, el partido de Liberal, Primero Río Negro, Republicanos Unidos y LLA, y además garantizar un buen caudal de votos.
En principio surge, como número puesto, el actual legislador Aníbal Tortoriello, con la mejor imagen provincial del espacio libertario, que ante la imposibilidad de habilitar su partido CREO Río Negro, busque una salida con el resto de las agrupaciones liberales. El exintendente de Cipolletti ordena hacia adentro, garantiza más votos que ninguno y mantiene independencia provincial. «Nosotros apoyamos a Javier Milei, pero no somos LLA», se les escucha decir.
Tortoriello está solo y espera. Como los tres monitos: no habla, no ve y no escucha.
Juntos Somos Río Negro tiene en su candidato a senador, el vicegobernador Pedro Pesatti, a una figura que cumple con todos los parámetros deseados. Su imagen positiva (con posibilidad de crecer aún más) y su lealtad al gobernador Alberto Weretilneck, aún a costa de algunos sinsabores. Tendrá que conducir un proceso electoral -junto al resto de los candidatos- y el mandatario rionegrino, con el peso que significa la responsabilidad de gobernar.
Un gobierno que presentó en sociedad quizás los dos proyectos de mayor trascendencia en la historia rionegrina, como son el oleoducto y el GNL, que permiten pensar en una nueva matriz productiva provincial en el campo de la energía, que demanda el mundo, más que la fruticultura y el turismo, pero que sin embargo se enreda en la gestión cotidiana con problemas muy básicos.
La macroeconomía se presenta más que auspiciosa, pero la microeconomía camina a empellones. La recaudación cae por la recesión que impone un gobierno nacional, de quien se pretende «ser amigo», que a la vez se niega a financiar obras públicas en marcha y comprometidas, como la ruta 22, adonde los accidentes viales terminan salpicando a la administración provincial.
Una buena: logró un adelanto de coparticipación de la Casa Rosada para pagar una cuota del Plan Castello. El ministro Luis Caputo lo autorizó para evitar alertas en el FMI y los mercados internaciones (la deuda es en dólares a través de un bono logrado en Wall Street), pero el dinero es a cuenta. Ya habrá tiempo de hacer balances sobre ese punto.
El gobierno enfrenta problemas diarios que derivan de malas gestiones de funcionarios en las áreas de mayor impacto, como es el caso de Salud Pública, que tiene en conflicto a los hospitales de El Bolsón y Bariloche además de angustias en el resto de los nosocomios. En el primero de estos, el problema viene desde hace tiempo y fue como una granada que estalló en la mano, incluso en la localidad se menean comentarios sobre prácticas muy cuestionadas. En el segundo caso, también se conocen los problemas desde hace tiempo, con renuncia de médicos, medidas de fuerza de los hospitalarios autoconvocados y ASPUR. Viedma y Roca sumaron sus quejas esta semana.
Todas situaciones que se pudieron prever, incluso puestas en conocimiento en distintos niveles del gobierno, como fueron las opiniones del legislador del ARI, Javier Acevedo, quien en una recorrida por estos los hospitales pudo constatar las carencias y falencias de Salud. Ahora, ese bloque pide tratar con urgencia, en la Legislatura, un proyecto propio -del mes de enero pasado- para declarar la emergencia sanitaría en la provincia. La situación entonces toma otra dimensión.
Vienen tiempos preelectorales y no hay que fastidiar al electorado, que está demostrando que salva de muchas responsabilidades al gobierno nacional y que remite culpas a las autoridades provinciales y locales. De eso dan fe los intendentes que reciben a diario los reclamos.
Para colmo asoma Bariloche. La ciudad más grande de la provincia proyecta imágenes que enloquecen a la política. El intendente Walter Cortés ya carga una denuncia y hay deliberaciones sobre su juicio político. Déjá vu. El jefe sindical funge como tapón. A nadie le conviene ir anticipadamente a elecciones. Pero estremece volver a repetir la historia. Los próximos días serán clave.
¿Podrá Juntos, como en procesos electorados anteriores, quedar inmune ante la situación nacional? El oficialismo se entusiasma con repetir el 2021, saltar la grieta y ganar.
Pero hoy los principales problemas son de orden local y además, el gobierno dejó de lado su tono crítico hacia Javier Milei, y de esta manera ratifica, sin proponérselo, su responsabilidad absoluta de la realidad rionegrina. Algo de eso se percibe en el amparo contra el aumento de las tarifas de la energía eléctrica que promovieron las pymes y productores. En las elecciones nacionales y ante liderazgos tan fuertes, siempre fue difícil sostener el camino del medio y el provincialismo. Pero el oficialismo está obligado a interntarlo.
Electoralmente Juntos está atento al peronismo y monitorea hasta dónde llega su verdadera reconstrucción. La foto de Soria y Doñate generó preocupación. Por ahora le dio resultado mantener divido al PJ y hará el esfuerzo que sea necesario para sostener ese camino. Eligió a la intendenta de Roca como su adversario (sabe que el apellido Soria genera «urticarias» en Juntos) y ningunea al senador Doñate, un ex aliado, al que pretende «comerle de uno» intendentes y legisladores.
Este esquema electoral futuro tiene flamantes protagonistas no captados en los radares de la política tradicional. Se trata de los electores jóvenes, milennias y centennials cada vez más lejos de los oficialismos y discursos que no lo comprenden ni entienden.