Crisis: se retira el Estado… entra el «narco»?
(ADN).- El dirigente social Alejandro «Pitu» Salvatierra aseguró que algunos comedores comunitarios han recibido alimentos de parte de «los transas del barrio» para continuar abiertos, ante el corte de recursos que hizo el Estado nacional.
«La combinación del corte de recursos hacia los sectores populares y el combate a las organizaciones sociales que está dando este gobierno trae como consecuencia situaciones como la que encontramos, por ejemplo, en la 1-11-14», relató Salvatierra en una entrevista en Radio Con Vos.
Señaló que «cuando arrancó el quilombo de la falta de mercaderías, pasaban los meses y no se podía resolver», por lo que él y otros referentes sociales se presentaban en los «comedores para hacer una tarea de contención a los compañeros». «Íbamos a distintos barrios, no teníamos una solución, pero tomábamos mate, hablábamos, llorábamos, porque era un golpe muy fuerte para los compañeros», afirmó al referirse al freno a la entrega de alimentos de parte del Ministerio de Capital Humano. «En una de esas recorridas llego a un comedor, donde esperaba una inmovilidad total y de repente estaba funcionando al cien. Entonces le pregunté: ´¿Recibiste mercadería de Nación?´. Y me dijo que no, me llevó al depósito y estaba lleno», continuó Salvatierra en su relato.
En ese marco, contó que cuando le preguntó de dónde había salido la mercadería, la responsable del comedor de la 1-11-14 le dijo: «Vino el transa». «´Vino el transa´, me dijo. En este caso, ella dijo el ´peruano´, no por estigmatizar, puede ser de cualquier nacionalidad», indicó el dirigente social. Según lo que contó Salvatierra, el «transa» se acercó al comedor y «le preguntó qué pasaba que hacía mucho tiempo que no veía a la gente con el tupper esperando la comida -muchos de ellos eran clientes de él- y ella le dijo no entregaba Nación». «´Dame dos días y te lo soluciono´, le dijo el transa y en dos días le trajo la mercadería para funcionar casi dos meses y medio. Esa situación se volvió a repetir en dos comedores más, por lo menos que tenemos registrado», enfatizó el dirigente.
Y agregó: «Para nosotros, el prestamista de última instancia es el transa del barrio. Después te aprietan, te estrangulan, si tus hijos no comen no importa, pero pagás».