Puesta a punto. ADN
Alberto Weretilnbeck trabaja en la puesta a punto del gobierno. Pasaron ocho meses de la asunción, donde era impensado llegar a este momento actual del país, con las penurias que debió atravesar la administración provincial de Juntos. Llegó Javier Milei y el gobernador quedó enfrente, pegado con su apoyo al candidato peronista Sergio Massa. El resto es historia conocida. Había que cruzar de vereda y salir del radar de la enemistad con un Presidente impiadoso con el «enemigo».
Esa fue la primera puesta a punto y se resolvió con su solo trajinar y con el pragmatismo a fondo. Buscó por donde llegar, recurrió a viejas amistades y envió múltiples señales hasta que la oportunidad vino de la mano del Congreso, y fundamentalmente desde el Senado, adonde Mónica Silva respondió a pie juntilla.
Después posó en la foto del Pacto de Mayo, que se firmó el 9 de julio. Sólo una foto, porque a dos meses de esa puesta en escena, en nada se avanzó, pero cumplió y evitó que lo ubiquen junto al bonaerense Axel Kicillof.
Finalmente todo se destrabó cuando el gobierno de Milei, necesitó de la Ley Bases, pero fundamentalmente de la aprobación del RIGI, alma de acero de este proyecto anarcocapitalista. Quizás inesperado, o no, pero de pronto Alberto Weretilneck se encontró de socio con Horacio Marín, jefe de YPF, y finalmente entró a la carpa grande por el lugar más sensible de los socios empresarios del Presidente, que se adueñaron de Vaca Muerta, el petróleo y el gas de la Argentina, con Techint como empresa insignia.
Weretilneck subió este viernes un escalón más, para congraciarse con ese capital que promete inversiones y ocupación de mano de obra. La asamblea por Calcaltreu, en Jacobacci, aprobó la explotación de plata y oro, en la mina ubicada en la Región Sur. Una señal clara que Río Negro se sumó al extractivismo. Ya tiene el oleoducto y la planta de GNL, un triángulo de poder. En la numerología, el tres es pensamiento positivo y manifestación de energía.
Quedaron atrás aquellos días de enemistad con la sociedad por el proyecto de radicación de la planta nuclear en Sierra Grande. Eran otros tiempos. Hoy ese emprendimiento estaría integrado al núcleo energético del Este rionegrino.
Los movimientos ambientalistas viven el mismo proceso de desmovilización que el resto de la sociedad. La agenda es otra, las preocupaciones también. Y el clima de época diametralmente opuesto al 2018.
Hoy el gobierno de Río Negro tiene licencia social. No sucede lo mismo con su par de Chubut, adonde el gobernador Ignacio Torres, fue cuestionado por el obispo de Rawson, monseñor Roberto Álvarez, por la construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur a Punta Colorada, sobre las costas del Golfo San Matías, a unos 30 kilómetros de Península Valdés. Precisamente en Puerto Pirámides, hubo una movilización en protesta contra el oleoducto.
Río Negro hoy es tenida en cuenta, junto con Neuquén, por los inversores que apuntalan a Milei, quien les regaló el RIGI, una herramienta a pedido y con fenomenales ganancias. Tanto deseo de los liberales por ingresar al mundo de Disney, y se logró en pocos meses.
Es una nueva etapa y por esto, el gobernador analiza como se organiza el gobierno para tiempos futuros. No es problema el área de energía. Está activa, protagonista e impulsora del nuevo perfil rionegrino. Y de allí surge un nuevo protagonismo político: la secretaria Andrea Confini, que se puso al hombro los proyectos productivos. Gana terreno en el Gabinete y en el oficialismo le auguran proyección.
Se piensa en algunos cambios. Habrá reestructuración en el organigrama del Ejecutivo. Reducción de competencias, por ejemplo en el voluminoso ministerio de Desarrollo Social; habría cambios en el ministerio de Gobierno y se analiza la situación de bienes y propiedades en áreas que ya perdieron importancia, se piensa en un nuevo orden administrativo. Quedan a resolver posibles alejamientos, algunos estratégicos, otros en enroque y por último darles otro destino a quienes no cumplieron con las expectativas.
En este análisis, Federico Lutz, dejaría -no por ahora- la cartera de Gobierno, luego de haber cumplido con el ordenamiento del área, la digitalización, el empalancamiento financiero de los municipios. La deuda quedó en Turismo. No sería un alejamiento del gobierno ni de la confianza del gobernador. Quedaría en standby para retomar nuevas funciones. También trascendió que otro de los cambios podría estar en el ministerio de Economía, pero ninguna fuente quiso confirmar esta posibilidad, en el marco de un cerrado hermetismo. De ninguna manera está cuestionada la gestión de Gabriel Sánchez, todo lo contrario, cumplió a rajatabla la orden de Weretilneck y es un hombre del gobernador. «Se sentó arriba de la lata» y cuidó peso por peso. Sánchez iría a otro cargo de confianza del mandatario. Sería un cambio con sello de la nueva etapa.
Se barajan otros nombres, por ejemplo el de Nelson Cides, un cipoleño del riñón del gobernador, que trasladaría su escritorio desde la Secretaría General al Ministerio de Gobierno. Sólo conversaciones, porque esa cartera podría ser ocupada por otra persona con un perfil distinto, más acorde a los requerimientos actuales.
Se visualiza otro modo de gestión. Una provincia que busca ser cada vez más subsidiaria de la explotación de Vaca Muerta, requiere de un mayor asentamiento político, cercano a la zona de producción.
Será otra etapa, en esta Argentina adonde pareciera que nace un nuevo modelo de poder, nacido del petróleo, el gas y la minería, como pilar económico del neoliberalismo, que desplazaría del papel protagónmico al poder concentrado de la pampa húmeda, que aún pugna por la eliminación de las retenciones y por la salida del cepo. Desde el gobierno de Milei, no hay beneficios ni ofertas para el campo del estilo del RIGI. El presidente sabe que igual será un sector que siempre lo apoyará y que teme al peronismo más que a nadie, aún perdiendo protagonismo en la conducción del Estado.
Con esta realidad provincial y en un clima de época que lo permite, Alberto Weretilneck, estaría trabajando con Ignacio Torres, de Chubut y Rolando Figueroa, de Neuquén, en la formación de un bloque «de los gobernadores», en el senado, donde podrían reclutar a santacrueños, catamarqueños y misioneros, más algunos otros de Unión por la Patria, y armar una bancada que llegaría a 11 miembros. De esta manera habrá protección y poder de negociación.
Los patagónicos se paran arriba de la producción hidrocarburífera y minera y desde ese lugar convocarían con un proyecto propio que se denominaría «Patagonia», con muchos temas convocantes para las provincias, como una nueva ley de coparticipación. Trascendió incluso, el jueves, en una radio de Buenos Aires, que se retomaría el viejo proyecto de Raúl Alfonsín de trasladar la capital a Viedma, especie que no pudo ser confirmada, pero sí desde el gobierno provincial se reconoció que «hace tiempo que se habla de un acuerdo de los gobernadores».
En este punto, Weretilneck se enfrenta a un desafío. Ganar las elecciones del 2025 y sumar dos senadores a este proyecto, un número que no sería inconveniente aportar para Figueroa y Torres. Es ganar o mantener la banca que hoy ocupa Mónica Silva, (con un segundo puesto en las elecciones) en la Cámara Alta, y Agustín Domingo en Diputados.
Este es el desafío. Hay que mantenerse en el poder, aprovechar este empujón de entusiasmo por el nuevo perfil productivo de la provincia y posicionarse para repetir en el 2027, y de esta manera comenzar a ver los beneficios de las nuevas políticas energéticas.
No será fácil, porque precisamente no es el mejor momento de Juntos desde el punto de vista electoral, donde la cotidianeidad llama a otra realidad, en temas muy sensibles como la salud, con una prestación de servicios cuestionada, donde la cobertura en medicamentos del IPROSS es cada vez menor y no se logró aquel proyecto de coordinación y trabajo conjunto de todos los efectores de salud, en bien del rionegrino.
Un punto a resolver por Juntos está en Bariloche. El partido está dividido, sin conducción y ausencia de los concejales en temas de debate de la sociedad. La relación con el gobierno del intendente Walter Cortés, es gelatinosa, salvo de parte de Agustín Domingo, único sustento y socio del jefe comunal, un tema no bien visto por todos, y que tendría consecuencias electorales.
Es importante la resolución del tema partidario para el circuito andino, que hasta ahora tiene solidez sólo en El Bolsón, con Bruno Pogliano, quien obtuvo el 75% de los votos en las últimas elecciones.
Para darle continuidad a este proyecto provincial, Juntos tendrá que ganar las elecciones de medio término el año que viene, quizás compitiendo en el mismo redil del oficialismo nacional, y lograr autorización, para representar a Javier Milei.
El peronismo también se prepara, pero parándose en la vereda de enfrente al presidente y con el propósito de poder aglutinar al anti mileinismo, y fortalecerse desde uno de los polos electorales.
En estos momentos trabaja en una campaña de afiliación, que a decir de sus autoridades está dando buenos resultados, y sirve además como una motivación de movilización dentro del partido, todo con vistas a una elección interna en mayo o en su defecto prepararse para las PASO.
En el sector del senador Martín Doñate se empieza a hablar de la posibilidad que una mujer, intendenta, pueda encabezar la lista del 2025 al Senado, y se mencionó a Claudia Montanaro.
También con la estrategia de revalorizar el trabajo de los intendentes hay opciones que se suman para el año que viene, como Héctor Leineker, de General Conesa, y Sergio Hernández, de Lamarque.
Entre estas conversaciones figura también como candidato, al legislador kirchnerista de Nuevo Encuentro Leandro García, de El Bolsón, que ha tenido un rol protagónico en la agenda legislativa del peronismo.
De esos nombres saldrían las listas a diputados y senadores del sector doñatista, a la espera de ver lo que pone en la cancha el resto del PJ y los partidos aliados, en el frente anti Milei.