Cortés atendió a jubilados, se ofuscó y le gritaron «chorro»
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(ADN).- Una sencilla solicitud de un grupo de jubilados terminó en una acalorada discusión con el intendente de Bariloche, Walter Cortés, quien, visiblemente ofuscado, alejó a dos jubiladas y se retiró de la sala de prensa para volver a su despacho. El episodio sucedió minutos después del mediodía de ayer.
Como sucede cada miércoles, los integrantes del Abuelazo Bariloche se reunieron en asamblea en el Centro Cívico con reclamos contra los ajustes del gobierno nacional y la preocupación del cierre de una de las delegaciones del PAMI. En ese espacio, una de las jubiladas recordó que la semana pasada el grupo presentó una nota al Intendente Municipal pero que, en ese entonces, les dijeron que se encontraba de vacaciones.
Pasados siete días de aquel requerimiento, y sin haber tenido respuesta, decidieron cruzar la calle para solicitar una reunión con Cortés. Luego de varios minutos de espera, y después de muchos aplausos y cánticos, el jefe comunal aceptó recibirlos en la sala general de la planta baja.
Los jubilados le pidieron al intendente que haga de intermediario ante las empresas de servicios por los ajustes tarifarios, la posibilidad de ofrecer un espacio para la delegación Alto Bariloche del PAMI, y la renovación de contratos de los operadores comunitarios del Municipio, quienes se encargan de talleres y espacios para adultos mayores de los distintos barrios.
Las respuestas de Cortés no fueron claras e incluso dijo no tener contactos a nivel nacional para acercar alguna respuesta. Ese detalle hizo que una mujer le exigiera mayor compromiso por la responsabilidad de su cargo y luego desatara la furia del Intendente.
“El que tiene que solucionar acá, es el Concejo Deliberante”, afirmó Cortés pero se encontró con una mujer que le recordó: “usted es el responsable del ejido municipal”. En ese punto la discusión había pasado a definir el deber del jefe comunal cuando otra jubilada le enrostró que solo el 12% del padrón lo había acompañado en las urnas.
“Usted no me grite tampoco, no me grite, no me grite”, exclamó Cortés con el dedo índice en alto y alzando la voz para tapar los reclamos. Acto seguido le corrió el brazo a una mujer que estaba a su lado y, a paso firme, se dirigió a la salida quitando del camino a otra jubilada. El jefe comunal dejó atrás los silbidos pero no pudo escapar de un grito que llegó hasta las escaleras que lo regresaron a su despacho: “¡chorro!”.
Las imágenes se viralizaron rápidamente señalando la reacción del Intendente, quien no pudo superar el breve debate. Incluso generó una pronta reacción del concejal Leandro Costa Brutten (IB), quien rechazó el “innecesario maltrato” hacia la asamblea de jubilados.
“Quiero expresar mi tristeza y dolor por la total falta de rasgos de humanidad del actual Intendente Walter Cortés, quien ha decidido maltratar a todos aquellos que, como nuestros jubilados, padecen un problema o sufren en una situación injusta”, señaló el concejal.
En un comunicado de prensa, el referente de la oposición acusó al jefe comunal de mostrar su versión de “poderoso e intratable con los más débiles pero al mismo tiempo fungiendo como socio y complaciente con los todopoderosos económicos de turno”.