Chiuido, un tema pendiente

(ADN). – La magnitud de la tragedia que sucedió en Bahía Blanca, White y Cerri llamó a la reflexión no sólo para tener en cuenta fenómenos meteorológicos inesperados con sus correspondientes previsiones personales, sino fundamentalmente a la responsabilidad de las autoridades a observar y ejecutar las obras que atenúen los impactos de fuertes tormentas con precipitaciones que superan los valores normales.

La construcción del Aprovechamiento Multipropósito Chiuido, en la cuenca del río Neuquén, es una prioridad teniendo en cuenta la seguridad de ciudades y pueblos aguas debajo en ambas provincias. Mayor aún es la preocupación cuando el gobierno nacional firmó la defunción del ORSEP, el organismo regulador de la seguridad de las presas, que controlaba la seguridad estructural y operativa de la infraestructura estratégica que componen las presas, estructuras complementarias y auxiliares.

En este contexto de fragilidad, en la fiscalización este mes se llamará a licitación de las presas hidroeléctricas de la cuenca de los ríos Limay y Neuquén.

Se trata entonces de tomar previsiones, ocuparse como autoridades nacionales, provinciales, municipales y organizaciones, de prever la seguridad de las obras construidas sobre los cursos naturales de los ríos para que exista la seguridad operativa y estructural de esas presas.

En la Legislatura de Río Negro, el legislador Javier Acevedo tomó el tema y está trabajando, con el apoyo del vicegobernador Pedro Pesatti, en procura que las autoridades correspondientes asuman la necesidad de construir Chichiuido.

Acevedo juntó información, se contactó con profesionales y especialistas que trabajan en la región del alto valle de ambas provincias, que han estudiado en profundidad este tema. Información hay, falta voluntad de encarar el tema. También prepara una reunión con todos los sectores involucrados para debatir esta realidad, que aún no está visibilizada.

Aprovechamiento Multipropósito Chiuido

Vale entonces, reproducir una nota publicadas en el sitio Vial Digital, en febrero pasado por el Ingeniero Oscar Vardé, presidente honorario de la Academia Nacional de Ingeniería y presidente de la Asociación Argentina de Túneles y Espacios Subterráneos, donde se  señala que “La construcción del Aprovechamiento Multipropósito Chichuido evitaría el riesgo de colapso del complejo hidroeléctrico Cerros Colorados, próximo a Añelo, donde se emplaza Vaca Muerta” y advierte que de no ejecutarse, la posible rotura de las represas y el desborde de los embalses existentes desatarían una catástrofe en la zona, la cual casi sucede en 2006”.       

“Si el caudal del río Neuquén supera los 11.000 m3/segundo sobrepasaría la capacidad de control de la presa Portezuelo Grande, lo que implicaría el anegamiento de amplias superficies, arrasaría los valles y generaría enormes pérdidas humanas, ambientales, productivas y económicas en general. Están en peligro ciudades, cultivos y el desarrollo de los proyectos de gas y petróleo asentados en zonas potencialmente inundables”, expresa.

“Esta tragedia se evitaría con la construcción del complejo Aprovechamiento Multipropósito Chihuido I”, dice Vardé.

Explica que este complejo está ubicado en Vaca Muerta y que, sin embargo, poco se habla sobre una de las amenazas latentes que acecha no solo sobre este yacimiento, sino también sobre toda el área de las cuencas de los ríos Neuquén y Negro. Se trata del alto riesgo hidrológico de que, ante una crecida extraordinaria del primero de estos ríos, comprende una presa de envergadura y un embalse de retención, localizado aguas arriba del río Neuquén, con capacidad y magnitudes suficientes para atenuar el efecto de las grandes crecidas.

Se relata en Vial Digital que a pesar de que el proyecto fue diseñado hace medio siglo –e inclusive se anunció, licitó y postergó varias veces– continúa paralizado, sin definiciones ni presupuesto, aunque se habían recibido ofertas internacionales, locales y ofrecido fuentes de financiación externa. La iniciativa fue ideada por Agua y Energía Eléctrica Sociedad del Estado y, luego, actualizada por varios estudios con la participación de EBISA y la Provincia del Neuquén (que hasta creó un ente específico para esta obra de infraestructura).

La inversión necesaria para su construcción se estima que rondaría los 2.200 millones de dólares, cifra que no admite comparación con lo que significarían los daños en la zona y la pérdida de vidas, de bienes y del potencial de las localidades inundadas.

Antecedentes

El temor a que suceda una tragedia de este tipo está justificado: en los últimos 20 años han ocurrido varios eventos de gran magnitud que llevaron al límite la seguridad de las obras componentes del Aprovechamiento Cerros Colorados. El más preocupante –y que disparó todas las alarmas– se registró la noche del 12 de julio de 2006: el riesgo de desborde y rotura del dique Portezuelo Grande estuvo “a dos centímetros” de volverse realidad y dejar bajo el agua a todo Cipolletti y alrededores de la provincia de Río Negro.

Ese dique es la primera muralla de contención del río Neuquén, dado que se encuentra ubicado sobre el cauce original y deriva la mayor parte de sus aguas hacia el embalse Los Barreales. Aquella jornada, luego de varias semanas con lluvias y nevadas intensas, el caudal de agua comenzó a crecer y quedó solo disponible un escaso volumen del embalse. Si se sobrepasaba la cota de 427 metros sobre el nivel del mar, las compuertas del vertedero frontal de Portezuelo Grande iban a verse superadas, con riesgo de rotura de esa obra y del dique compensador El Chañar, lo que causaría una tragedia aguas abajo.

Se calcula que entre ese día y el siguiente ingresaron alrededor de 10.347 m3/ segundo de agua a Portezuelo Grande, habiendo sido construido todo el sistema para soportar un tope máximo de 11.500 m3/segundo. Se estuvo muy cerca del límite admisible.

No caben dudas de que esa crecida puso en máxima tensión al sistema existente por lo que, si a futuro se produjese una superior, seguramente sería imposible de detener o manejar; la cuenca del río Neuquén que tiene características que hacen que no exista amortiguación de las crecidas previo a su ingreso al Complejo Cerros Colorados.

Si bien es baja la probabilidad de que nuevamente ocurran eventos extremos de este tipo, resulta posible, como también quedó demostrado con las graves inundaciones provocadas por el fenómeno meteorológico DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ocurrido en Valencia, España, durante 2024. Además, con la incertidumbre que existe actualmente en el pronóstico debido a las modificaciones en las características de los embalses y al cambio climático, estos fenómenos se vuelven más frecuentes.

Controles de seguridad

A lo largo de los años se han realizado numerosas auditorias independientes que incluyeron evaluaciones técnicas sobre la seguridad del sistema Cerros Colorados (realizadas en su mayoría por Oscar Vardé y Giovanni Lombardi desde 1995, y una con Roger Bremen en 2014). Estos estudios fueron convocados por el Órgano Regulador para la Seguridad de las Obras (ORSEP) y los sucesivos concesionarios que operaron el complejo.

De los conceptos más importantes que se extraían de esas auditorías (que analizaban la capacidad máxima de control de las crecidas), en un principio se recomendó aumentar la capacidad del vertedero derivador de Portezuelo Grande, ya que las cuencas de Barreales y Mari Menuco podían absorber las diferencias.

Pero, desde 2001, los estudios hidrológicos actualizados determinaron que esta presa era incapaz de resistir la crecida máxima probable pronosticada. Y, en la auditoría de 2008, luego de la experiencia límite vivida dos años antes, sin haberse ejecutado aún ninguna medida para aumentar la capacidad de derivación y con la nueva actualización de los valores de las crecidas máximas probables (caudal del orden de 25.000 m3/seg), los expertos Lombardi y Vardé advirtieron: “La única solución para manejar la crecida es la construcción de embalses adicionales aguas arriba en la cuenca, tales como Chihuido”.

Esta recomendación fue reiterada por los consultores durante las auditorias posteriores dado que consideraban que era un “tema de gran importancia para la seguridad de las obras”. A su vez, con anterioridad, un fallo judicial de la Corte Suprema ya había intimado al Estado nacional a realizar las obras necesarias para garantizar la seguridad de Portezuelo Grande y ampliar su capacidad para que resista una crecida máxima probable en esa instancia (pico instantáneo) de 14.520 m3/seg. En tanto, en 2018 la Cámara de Diputados declaró de interés nacional la realización integral de varios aprovechamientos multipropósitos (La Invernada, Cerro Rayoso, Chihuido II y, prioritariamente, el proyecto Chihuido I, todos ubicados sobre el río Neuquén.

Zona de riesgo

Por su cercanía, Vaca Muerta figura entre las áreas que podría sufrir los graves embates del agua, en caso de que colapse el sistema Cerros Colorados. Este yacimiento –en el que ya se invirtieron 200.000 millones de dólares– tiene la capacidad de generar 500.000 nuevos empleos, 30.000 millones de dólares de superávit en la balanza energética para 2030 y una producción estimada de 1 millón de barriles de petróleo y más de 250 millones de m³ de gas por día. No obstante, su importancia al no estar asegurada la estabilidad de la presa y de los embalses existentes, queda expuesto a un riesgo –presente y futuro– inaceptable.

Pero, más allá de las obras relacionadas directamente a esta actividad, invertir en la construcción de Chihuido debe ser una prioridad. Ningún desarrollo ni proyecto será viable en Vaca Muerta –ni en el resto de la región– si son arrasados por el agua.