Las provincias insisten en recuperar ingresos nacionales

(ADN). – Hay tensiones entre el gobierno nacional y las provincias. La llamada zona núcleo pelea por eliminar las retenciones, mientras que otros gobernaciones piden volver a contar con inversiones en obras públicas y recuperar fondos nacionales. Además, los gobernadores intentan sostener un superávit primario provincial del 0,1% del PBI, conseguido en 2024, tras haber cerrado 2023 con un rojo del 0,3%.

Según el informe del IARAF, los ingresos de las provincias cayeron en términos reales un 12,7% y el gasto público bajó un 14,8%. Solo Buenos Aires, Catamarca y Chaco mantuvieron déficit primario, aunque otras tres -Tierra del Fuego, Río Negro y Entre Ríos- también cerraron con números en rojo en el resultado fiscal global.

Los mandatarios sienten que los márgenes de ajuste se achicaron al máximo. Necesitan reactivar la obra pública y volver a contar con algún grado de asistencia nacional, algo que se vuelve más incierto con la nueva meta fiscal del 1,6% del PBI impuesta por el Gobierno. Mientras tanto, algunos acuerdos parlamentarios se siguen cobrando en cuotas: recién esta semana Economía lanzó la licitación para terminar el Segundo Acueducto del Interior en Chaco, una obra que llevaba un año trabada.

Por otro lado, en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, se plantean objetivos como eliminar impuestos distorsivos, por ejemplo Ingresos Brutos, y reformar el sistema de coparticipación federal  Sin embargo, estos puntos no tienen plazos concretos y, por ahora, solo figuran como enunciados. En diciembre, según el cronograma, el Ejecutivo deberá presentar una “propuesta” al Fondo para simplificar el esquema tributario, pero eso tampoco implica reformas inmediatas.

La apuesta libertaria es impulsar una “competencia fiscal” entre provincias, fijando un piso mínimo nacional para los impuestos que luego cada distrito pueda modificar. En teoría, esto dinamizaría las economías locales. En la práctica, podría romper el esquema constitucional de coparticipación, ya que se saltearía la necesidad de que las legislaturas provinciales refrenden los cambios. La idea ya genera cortocircuitos, incluso entre aliados.

El último párrafo del informe del IARAF detalla que las provincias lograron reducir su déficit con una fuerte caída del gasto en infraestructura, lo que explica buena parte del superávit. Pero también pone de relieve una alerta: sin inversión pública y con presión sobre los sectores que generan divisas, el equilibrio fiscal podría ser efímero. Y el margen de acción política, cada vez más acotado.