María Emilia Soria indignada denuncia al hospital de Cipolletti
Cipolletti (ADN).- Habló María Emilia Soria, hija de Susana Freídoz, condenada por el asesinato del ex gobernador Carlos Soria, quien tomó pastillas para no ser trasladada a la cárcel. La joven admite que su madre decía que si la trasladaban (a la cárcel) se suicidaba y que tenía los medios para hacerlo. También reconoce, como publicó hoy ADN en su editorial, que en su habitación había elementos que podía usar un potencial suicida.
El texto de la nota de Perfíl:
Susana Freydoz se sumergió en un túnel del que no pudo salir. Ocurrió la primera madrugada del 2012, cuando mató de un certero disparo en la cabeza a su marido, el ex gobernador Carlos Soria. El jueves, la viuda volvió a hundirse cuando se enteró que iba a ser trasladada a una cárcel común, quizás, su peor pesadilla. La noticia no le cayó nada bien. Pero la esperaba y estaba preparada: tomó varias pastillas que habría escondido en la habitación del hospital de Cipolletti, donde cumple condena a 18 años de prisión.
María Emilia Soria (27), única hija mujer del matrimonio -y principal sostén de Freydoz-, habla por primera vez. Cuenta a PERFIL cómo fue el intento de suicidio de Freydoz pero aclara que no se referirá a la noche del crimen que cambió para siempre a su familia.
“A las 12.20 me llamó la psiquiatra Alicia Hermida, a cargo del tratamiento y jefa del sector de salud mental del hospital. Me dijo que vaya urgente al hospital porque la iban a trasladar y que ella estaba muy alterada. Llegué alrededor de las 13. Mi madre lloraba.
Traté de contenerla, pero estaba muy nerviosa. También estaba presente una de las psicólogas que la atiende. Mi mamá no se calmaba y, en un momento, se empieza a desplomar. Tenía la mirada perdida, empezó a hablar mal y temblaba hasta que quedó inconsciente. Le dimos varios zamarreos y con el último suspiro de voz que le quedaba me dijo: “Tomé pastillas”.
Después, en el hospital dilataron la orden para llevarla a terapia intensiva. No sabían si sólo estaba inconsciente o en coma pero decían que tenían que esperar la orden del juez”.
Indignada, María Emilia denunció al hospital donde está internada su mamá. “Me llama la atención que quieran saber quién le dio las pastillas cuando se cometieron varias irregularidades. Mi mamá tenía riesgo de suicidio y, sin embargo, tenía tijeras en el cajón y cordones en las zapatillas. Estando nosotros presentes, los enfermeros le dejaban las pastillas en la mesa. No se aseguraban que las tomara. Mi madre las acumuló, algo que ya había hecho en la casa de su hermana. Era evidente que no las tomaba: eran medicamentos para dormir y mi mamá no dormía. ¿Nadie se daba cuenta? Esto es una impericia del hospital”, sentenció la joven abogada.
“Dicen que le dieron un frasco de pastillas a mi mamá y no fue lo que pasó. A todas las operadoras les había dicho: ‘si me trasladan, me suicido’. Seis meses atrás me dijo que lo iba a hacer y que tenía los medios para hacerlo. Pedí que la sacaran al patio y revisaran toda la habitación. Se negaron. Los jueces desoyeron todo. Es un caso similar al de Adriana Cruz”, evoca María Emilia, en referencia a la mujer que mató a su hijo de 6 años en la casa de un country de San Vicente y luego se mató en la cárcel donde fue alojada pese a las señales de suicidio.
La hija del ex gobernador cuestionó la actuación del perito oficial Ricardo Risso, la psiquiatra Hermida y las psicólogas María Pérez y Viviana Comba, cuyos informes determinaron el traslado que fue ordenado por los jueces de la Cámara Criminal Primera de Río Negro –Carlos Gauna Kroeger, María Evelina García Balduini y Fernando Sánchez Freytes–. “Los médicos forenses dijeron que no tenía riesgo de suicidio y los jueces ordenaron el traslado de una persona que estaba muy mal. Para colmo, dieron la orden sin saber que en el penal de General Roca no había lugar para alojarla. ¿Dónde la iban a tener? ¿En el pasillo?”, se pregunta indignada.
Freydoz fue sometida a un lavaje de estómago y continúa en terapia intensiva. Su estado es alarmante. “Los médicos nos dijeron que la dosis de la droga que tomó es letal”, se lamenta María Emilia. “Está en coma y con respirador artificial. Ahora mi preocupación y mi único interés es la evolución de mi madre. Lamentablemente acá hay responsables y esto no va a quedar así. Su vida peligra por culpa de estos jueces truchos”, concluye con bronca.