Democracia, puede ser. República, nada ● Bautista Mendioroz
Siempre existe, en el imaginario del “vamos por todo” alguna corporación que atacar, que poner como enemigo de la patria, mientras se va `perfilando el gobierno más unitario de la historia argentina. Siempre, tras un conflicto o una tragedia, en la que el gobierno nacional se esconde y huye, fuga hacia adelante, aparece un “nuevo enemigo” para ser visibilizado y castigado. Alguien que pague los platos rotos y reemplace “el tema del día”.
El gobierno siempre necesita que miremos para otro lado. Que hagamos la vista gorda, hasta que pase el temblor. Mientras su dedo acusador, apunta hacia un enemigo a combatir. Eternas luchas falsas y de conveniencia.
Lo fueron los integrantes del sector agropecuario; no LA Sociedad Rural. Todos. Los pequeños y medianos productores también eran parte de la “patronal” corporativa. En algún momento la pelea era contra una parte del sector financiero, dicen, (el que más plata ganó en la década kirchnerista, junto a la megaminería del oro y la plata y a las telefónicas) y por eso las modificaciones a la Carta Orgánica del BCRA y otros temas. Lo que se buscaba, detrás de buenas intenciones y discursos heterodoxos, era poseer “la caja” del Central, como otras que permiten un gobierno nacional un poco oxigenado y provincias y municipios directamente ahogados.
Lo fueron los medios. Todos. Los grandes, los pequeños, los críticos o más independientes. Todos. Mientras, se iba construyendo, a base de publicidad oficial o con una TV pública que es una agrupación kirchnerista más (podría llamarse “La Pública”) y prohibiciones o persecuciones a periodistas no alineados, el aparato comunicacional oficialista más obsceno de la historia desde 1983; para combatir el “monopolio” (su amigo hasta no hace mucho) qué mejor que crear, el amigopolio! La ley de Medios, justa norma que por años se había discutido a fin de que existan más voces, más pluralidad de voces, terminó con más medios en manos de amigos del gobierno.
Ni que hablar de las divisiones producidas en organizaciones vitales para la vida de la democracia y la república, como la CGT, la CTA, los organismos de DDHH, los partidos políticos, los gremios empresarios, las organizaciones sociales. No hay dudas que, la mejor de las operaciones aritméticas que maneja este gobierno es el del “signo dividir” y cuando de dinero se trata, el de “sumar”.
Ahora, la que aparece como la principal enemiga del país, el sector a demonizar, el que pone las trabas a la liberación nacional, es la Justicia. Nadie va a defender a la cantidad de jueces venales, corruptos o ineficaces que hacen mal su trabajo y nadie es tan ingenuo como para creer que los jueces son “independientes” ni de los partidos ni del poder económico. Valga como ejemplo de juez que ya no debiera serlo, a Oyarbide que goza de la mejor salud y sigue siendo el mayor promotor de impunidad que se concozca.
Pero estigmatizar a TODA la justicia, a la Corte Suprema, que es uno de los grandes logros de éste gobierno, para poder manejar los hilos de la misma, poder poner y sacar jueces a su antojo, promover la impunidad para cuando ya no sean gobierno o bien para que la misma falle como el Poder Ejecutivo quiere, no nos parecen causas razonables ni justas para iniciar una batalla que no es tal.
Partidizar a la justicia y elegir por el voto popular a los jueces que deben hacer campaña como un político es malo, muy malo. Que nos va a decir un juez como pueblo para que lo votemos? Qué haremos si un partido saca el 50% de los votos? No era que la Justicia es un poder contramayoritario? Interrogantes de difícil respuesta. Así se va a constituir el Consejo de la Magistratura?
Además, debemos terminar con la hipocresía. Por qué ahora? Porque la CSJN ha tenido algunos fallos contrarios a los intereses del partido de gobierno?
Quién ha gobernado 23 de los 30 años de democracia y ha tenido mayoría en el Senado de la Nación desde 1983 en adelante? Quién y quiénes han nombrado los jueces que se repudian hoy día? Si la Justicia anda mal, el justicialismo tiene algo que ver en eso no? Huele muy mal en Argentina.
Mientras las tragedias que todavía lloramos, por la desidia de los funcionarios responsables de no hacer las obras públicas necesarias y generar el dispendio de subsidios más escandaloso de la historia argentina con la complicidad de los “empresarios”, dejan su marca indeleble y, en vez de apuntar a realizar un Plan Estratégico Intergeneracional de Infraestructura, cambiamos de cuajo la agenda y vamos por la justicia. Vamos por “quedarnos con la Justicia” para ser más precisos.
En vez de estar pensando como mejorar la situación de 11 millones de pobres y 12 millones de empleados mal pagos, de casi el 40% de trabajo en negro, de la inseguridad, en vez de hacer las correcciones imprescindibles a la política económica y el “modelo”, en vez de cambiar estructuralmente el sistema tributario regresivo y la ley de entidades financieras de la dictadura, en vez de generar un pacto social con consenso para luchar contra la inflación o modificar el injusto e inequitativo Régimen Federal de Coparticipación, redoblamos la apuesta y sobre el sufrimiento de los que perdieron todo y aún lloran a sus víctimas en la trágica inundación de hace una semana (como en la masacre de Once dónde nadie, nadie, apareció), presentamos una propuesta de reforma que, encima de que no podrá ser discutida ni cambiada una coma, pone en serio peligro la salud republicana del país.
Ya sabemos que el Congreso es una escribanía del PE. No alcanza. Debe haber otra. Todos para UNO y UNO, para él mismo.
Una pena. Otra oportunidad perdida. No hay lucha contra corporación alguna porque este gobierno del unicato ES la corporación.
Tal vez, solo tal vez haya un poco más de democracia. Seguro que de República, cero.
Bautista Mendioroz
Legislador Provincial de Río Negro. Presidente del Bloque Alianza Concertación para el Desarrollo.