Debilitamiento de la calidad institucional ● ADN

constitucionLos tres poderes del Estado en Río Negro presentan signos de debilitamiento de la calidad institucional.
 
Desde la renuncia de Víctor Sodero Nievas, el Superior Tribunal de Justicia funciona sólo con dos vocales. Las vacantes en distintos cargos del Poder se cubren muy lentamente y se produce un reemplazo caótico de las jubilaciones de privilegio. Juzgados que acumulan miles de causas. Fiscales que miran para otro lado o hacen la vista gorda antes de jubilarse.
 
El Tribunal de Cuentas que continúa incompleto desde el alejamiento de Mario Sabatella, y con recurrentes ausencias de uno de sus titulares, Juan Huentelaf. Se designa como director general de auditorías a Nicolás Rochás, involucrado en la falsificación de firmas del ex gobernador Carlos Soria.
 
Un fiscal de la provincia (Ricardo Falca) que se jubila al otro día de dictaminar sobre el caso de las firmas falsas, sin esperar una pericia caligráfica que él mismo había solicitado al juez Bustamante.
 
La Legislatura que incorpora a una legisladora en forma irregular y después, como chiste de mal gusto, la nombra titular de la comisión de Asuntos Constitucionales.
 
Un legislador sorista (Bartorelli) que sigue ejerciendo como médico en General Roca y facturando al Ipross, sin que se le mueva un pelo y hasta se enoja cuando alguien lo critica.
 
Una mujer que por ser la ex esposa del ex gobernador Carlos Soria recibe múltiples privilegios a pesar de haberle quitado la vida.
 
Un sistema carcelario que colapsa. Presos que se fugan a diario, condenados que mueren en las cárceles, sobrepoblación. Complicaciones en la contención de menores con problemas. Permanente cambio de planes y ministros en un área sensible.
 
La salud pública comprometida. Gente que espera horas para ser atendida en los hospitales, falta de personal, demoras en las cirugías y prolongadas esperas en las derivaciones para estudios especiales. Mala calidad de atención en las derivaciones a los afiliados al Ipross.
 
Compras directas incumpliendo las leyes provinciales en materia administrativa y pago habitual con el “excepcional” método del legítimo abono.
 
Sólo algunos síntomas de un Estado que descuida la calidad institucional de sus poderes y sus estructuras oficiales.
 
A treinta años de la recuperación de la democracia aún existen saldos pendientes, deudas con la sociedad en materia de educación, salud, seguridad, trabajo y transparencia.
 
No basta con votar cada dos o cuatro años y luego desentenderse de la marcha del Estado, dejando en manos de algunos más preocupados por enriquecerse que en cumplir con un servició para cada uno de los ciudadanos rionegrinos.
 
Todos, pero especialmente el gobierno del Frente para la Victoria, debemos estar atento a que se resguarden nuestros derechos y velar para que las decisiones oficiales sean legales y correctas, que beneficien y no lesionen los intereses de los rionegrinos, porque el daño que se está provocando a Río Negro puede ser irreversible.