Un cumpleaños sin chicos • Daniela Agostino
Este año tiene 29 feriados y días no laborables. En lo que va del año llevamos nueve; incluido uno denominado «puente». Si nos hubieran avisado a los barilochenses que nos quitaban el asueto administrativo provincial del 3 de mayo, hubiéramos utilizado ese día para celebrar al «Puente Ñireco» y y así poder llevar a cabo nuestra fiesta.
El desfile del 3 de mayo es nuestro evento más querido, hay tanta gente desfilando como mirando el desfile. Van todos. Van los padres a ver desfilar a sus hijos y viceversa. Es un desfile que dura horas y nadie se mueve, se disfruta, aún en los días más fríos.
Las agrupaciones gauchas son los primeros en llegar vestidos de gala para la ocasión, el chocolate siempre está listo en el Centro Cívico para reconfortarnos después de la caminata, y el ánimo siempre es el mejor.
Es el día del año donde todos tenemos algo en común, sucede pocas veces.
Pero este año, una gran parte de la población, entre la que se encuentran los chicos, no podrán ir al desfile. Supongo que no hace falta contarle a nadie, que es un día en el que se recuerda la historia y se celebra a todos los actores sociales en sus distintos roles, no es un día perdido en lo que a educación se refiere.
No creo que deba poner en palabras lo que implica la celebración del aniversario de una localidad. Historia, identidad, cultura, pertenencia, etc.
En la fiesta del 3 de mayo participan del desfile más de 200 instituciones, agrupaciones, colectividades, clubes, etc, Incluso en los últimos años también se suman quienes necesitan manifestar su descontento y sus demandas y no encuentran los espacios, porque ahí estamos todos.
Todas las expresiones populares en la calle. Reencontrándose, reconociéndose. Es la mejor de las actividades pedagógicas de «Ciencias Sociales» que un chico puede tener.
La celebración del aniversario del pueblo es donde se expresan simbólicamente la pertenencia a una cultura, la identificación con el otro, las diferencias , las coincidencias. Hoy la necesitamos más que nunca.
Es mucho mas profundo que dar o no un asueto.
Leg. Daniela Agostino
Prof. de Educación Primaria y Psicóloga