No sabe ● Laura Ramos
Viniendo de alguien que ha heredado el odio hacia Viedma, podríamos haber dejado pasar los dislates de María Emilia Soria, a la que se ve que alguien le dijo que si quiere hacer política hable de los barrios.
Y eligió justo los de Viedma, de los que nada sabe.
Podríamos haberlo dejado pasar, pero lamentablemente, tristemente, se trata de la ignorancia y la liviandad de una candidata a diputada de la Nación.
Como en ese momento a ella la política no le interesaba, no sabe de la Viedma que nos legó el gobierno de Costanzo – Pesatti, no sabe que durante los 10 años de la gestión Ferreira el 80 % del presupuesto municipal fue a parar a los barrios, no sabe que lo que Roca hizo con el financiamiento “a dedo” del gobierno nacional, el gobierno de Viedma lo hizo con enormes esfuerzos presupuestarios y recursos propios.
Parece que tampoco sabe que gran parte de la administración pública viedmense que su padre puso en “disponibilidad” vive en esos barrios que de repente le preocupan.
Ni sabe de la voracidad con que el gobierno nacional centraliza y maneja los recursos públicos de la Nación, para generar poder territorial, premiando a los municipios amigos y castigando a los otros. No sabe que Viedma era de esos “otros” y que todas y cada una de las obras que la Nación ha decidido, benevolentemente conceder a nuestra ciudad, implicaron largos años de gestión incansable del gobierno municipal.
No sabe que en este país, Hebe de Bonafini, Shocklender, Milagros Sala y Lorenzo Córdoba, no necesitan ganar elecciones para llevar adelante políticas públicas con recursos del Estado. Porque si supiera eso advertiría que así sortea la Nación la legitimidad de los gobiernos locales en los que la ciudadanía elige ser gobernada por otro signo político.
No sabe que el discurso barrios vs Costanera ya fue ensayado con rotundo fracaso en esta ciudad, donde los vecinos, si, los de los barrios también, votan, una y otra vez, la calidad de vida que supo llevarles esta gestión radical.
No sabe tampoco que una Costanera bella invita a quedarse un día más al turista, que le compra un cuadrito al artesano, da una vuelta en calesita a sus hijos y pasea en la lancha. Y no sabe que luego, el artesano, el calesinero y el lanchero, compran el pan en la panadería de sus barrios.
Si alguna vez esta chica llega a advertir algo de todo esto, a lo mejor, ese día comprenda de que se trata la política, y entienda que no es un regalo de cumpleaños para la nena de papá.
Laura Ramos
Concejal de Viedma