Error o imprudencia ● ADN
Dicen que lo peor que le puede pasar a un político es enamorarse de su propia idea, porque cierra la posibilidad de correcciones, sugerencias y consejos, mientras que sus funcionarios callan para no contradecirlo. Este puede ser el caso de las denuncias del gobernador Weretilneck contra familias acusadas de hechos delictivos en Bariloche y que además prometió profundizar y extender a otras localidades de Río Negro.
Hubo apresuramiento, improvisación y como casi siempre sucede en el apuro, Alberto Weretilneck se equivocó no sólo en el caso de la denuncia del ex policía Aroldo Nievas, sino también al mencionar familias en las que conviven menores.
El gobernador tiene la obligación moral e institucional de pedir disculpas a esa familia del policía retirado de Bariloche, cuyos hijos le enviaron una carta ¿O el gobernador sólo se disculpa con abogados?
¿Cuál es la causa que motivó tanta prisa? Buscar un impacto electoral, (como ya trascendió) y mostrarse aliado de sectores que demandan “mano dura” y que se muestran impiadosos con la pobreza. Un discurso ubicado en las antípodas del peronismo y de un gobierno que se define popular y que Weretilneck representa.
El peronismo vive en las barriadas populares, entonces poco se comprende este mensaje, además no sólo en la periferia de las ciudades y pueblos viven vecinos con antecedentes policiales y que tienen o tuvieron causas pendientes por robo, hurto y daños contra la propiedad.
“El delito es delito, sea de guante blanco, sea de naturaleza común, sea de mafias organizadas”, definía Néstor Kirchner al asumir el 25 de mayo del 2003, y afirmaba que “gobernabilidad es garantizar la prestación de un servicio de justicia próximo al ciudadano, con estándares de rendimiento, de eficiencia y de equidad que garanticen una real seguridad jurídica para todos los habitantes, cualquiera sea su situación económica o social”.
¿Entonces a quien está dirigida la denuncia del gobernador? Cae de maduro que no es a los delincuentes, que poco o nada les interesa el escrache mediático, quien debe preocuparse es la justicia rionegrina.
Si el gobernador denuncia a ciudadanos procesados e involucrados en distintas causas penales y no están presos, entonces es un tema del Poder Judicial y específicamente del fuero penal, donde tres jueces denunciaron superpoblación y hacinamiento en las cárceles que originaron malestar en Weretilneck.
Lo lamentable que el gobernador “escrachó” a mansalva sin discriminar y que en la lista difundida figuran consignados hasta casos de demorados.
También la situación generada desde el gobierno instala otro debate, que no es menor tanto en la justicia como en la sociedad, cual es suponer que se garantizan todos los derechos a los delincuentes y se deja sin protección a los ciudadanos. Se pretende instalar la idea de que hay un Estado fuerte desde lo punitivo, que hace eje en la demanda mediática cotidiana. Un concepto neoliberal que desvincula los condicionantes sociales de la comisión del delito y criminaliza la pobreza.
¿Este pensamiento es propio de todo el gobierno o se referencia en sólo quienes asesoraron al gobernador en la necesidad de denunciar a ciudadanos rionegrinos? Hay malestar en aquellos que no comparten la idea, pero hasta ahora algún factor hace que guarden silencio. Sólo miran con desconfianza hacia el ministerio de Gobierno.