En pleno Alto Valle comienza festival «Cipo Danza»
Cipolletti.- «Sin el arte el mundo sería de una aridez desesperante.» La frase la dijo hace tres años, en la provincia de Santa Fe, el actor, titiritero y docente Jorge Onofri, ex integrante del grupo El Periférico de Objetos y ex actor del Marionnetteatern, de Estocolmo. Onofri nació y vive en Cipolletti, Río Negro. Es el creador, por ejemplo, del espectáculo ¿Podés silb ar?, una hipnótica obra que debe ser una de las que más giraron por distintas plazas del interior.
En un correo que me mandó hace horas se presenta así: «Hola. Soy el papá de Juan Onofri [el coreógrafo de Los posibles ] y el actual director de Cultura de Cipolletti. Estoy al frente de un gran desafío, que será el primer festival de danza contemporánea, al que llamamos Danza Cipo Danza. Para empezar, he podido concretar la visita de Un poyo rojo , de Hermes Gaido, y La idea fija , de Pablo Rotemberg, junto a dos grupos locales: Trot (elenco de mi teatro La Caja Mágica) y la Escuela de Danza del Neuquén. Además, vendrá una fundación de Bariloche llamada Cre-Arte con dos obras alucinantes en las que bailan chicos con capacidades diferentes. El festival es pequeño, pero espero sea el puntapié inicial para fundar una cultura de la danza que no tenemos aquí. En verdad, queremos que la danza prenda, brote, se expanda…». El encuentro, que culminará el domingo, se completa con un taller, a cargo del creador de Los posibles, y una charla de Mariana Sirote sobre su experiencia de danza en escuelas secundarias de la zona.
Sin haber comenzado, Danza Cipo Danza, festival que cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, es una de esas experiencias nacidas muy lejos de los grandes centros urbanos que, a contramano de varios factores culturales y económicos, intenta, por ahora en los papeles, abrir el campo de la danza contemporánea en pleno corazón del Alto Valle. «Cuando asumí el cargo me propuse concretar proyectos que perduraran en el tiempo», agrega este excelente actor y titiritero en comunicación telefónica.
En esa línea, fundó un elenco municipal de tango y una compañía de ritmo latino. Con todo ese movimiento ya en danza, detectó que el mundo de la danza contemporánea («que es el que atrae más a lo nuevo») no tenía casi presencia en la región. En otros tiempos, en la ciudad de Neuquén hubo un festival de danza, pero esa tradición se perdió. «Apunté a la danza contemporánea con la idea de convocar a los jóvenes. Me hubiera encantado traer también otros espectáculos, pero no me dio el cuero», reconoce. Sí le dio (o se las ingenió) llevar de Buenos Aires dos espectáculos incuestionables que compartirán la grilla con obras nacidas y criadas en esas tierras.
Cuando otro creador, Marcelo Allasino, se hizo cargo del festival de teatro de su ciudad, Rafaela, a lo largo del tiempo, de la continuidad y de un criterio artístico definido, el encuentro comenzó a dar excelentes resultados. Ahora, en Cipolletti, otro teatrista también devenido en funcionario apuesta sus fichas por la danza contemporánea. Chapeau ..
Por Alejandro Cruz | LA NACION