Peces fuera del agua • Claudia Beltramino
Deberíamos procurar analizar los hechos políticos tal como los expertos en estadísticas revisan hechos importantes y los someten a cuantificaciones y calificaciones a pedido de un Estado o de un privado.
En principio es imprescindible subrayar que los hechos políticos se producen aunque no exista la voluntad de provocarlos. Estos hechos serán valorados y esta valoración será responsabilidad de los autores no obstante este hecho político no hubieran querido realizarlo.
Río Negro pasó 28 años en manos del radicalismo y luego el contrato que mantenía esa agrupación política con la sociedad, se quebró, dando lugar así a que una alianza liderada por el otro partido mayoritario se hiciera de la conducción del gobierno.
El azar quiso que el vicegobernador proveniente de la parte minoritaria de esta alianza, quedara a cargo del ejecutivo apenas 20 días después de que el fpv asumiera el gobierno.
La falta de destreza, de experiencia y una autoridad que debía construirse a pasos agigantados, hicieron el resto.
Durante la dilatada carrera del radicalismo en el poder, el grupo Agenda surgió como una oposición interna. Una vez disuelto formalmente el grupo, el ejercicio de ser la oposición dentro del oficialismo se transformó en un vicio imposible de erradicar. Claramente era un gran negocio presionar a propios y obtener enormes beneficios.
Fue en esta desgastante mecánica que los radicales se divorciaron de los rionegrinos y perdieron el gobierno.
Hoy, en la oposición, los radicales siguen trastabillando en un esquema que les sirvió a unos pocos. El grupo Agenda nació con hombres y mujeres portadores del virus del prestigismo y de ambiciones personales más que políticas.
No se ha encontrado aún, la cura para ese virus.
El FpV no encontró oposición en la oposición. La CC ARI perpetuó su juego de tercera fuerza bendecida por el oficialismo, antes los radicales, ahora el peronismo. Los radicales desbandados, atribulados por la culpa, no pudieron asumir el rol de opositores.
El campo se hizo orégano para quienes resolvieron ser la oposición dentro del oficialismo.
Sin atribuirles las características del grupo Agenda ni al sorismo ni al pichetismo, si hay que admitir que para el Gobernador, ambas formaciones han sido su piedra en el zapato.
A diferencia del grupo Agenda en el que radicales se volvían oposición férrea de otros radicales; aquí son peronistas que se volvieron opositores de un gobierno liderado por un extrapartidario.
Con momentos de enfrentamientos extremos como el que partió el bloque mayoritario, hasta enfrentamientos civilizados y más constructivos como esta nueva sociedad de gobierno que constituyó el pichetismo con el albertismo, los rionegrinos seguimos esperando respuestas.
De cualquier modo y en variantes descremadas o muy condimentadas, al gobierno le apareció su Grupo Agenda y de aquí se desprenden dos temas más que relevantes.
El primero es que el gobernador Alberto Weretilneck desde que se legitimó el avance del pichetismo en su gobierno con el nombramiento de Ariel Rivero en la Legislatura, resignó toda posibilidad de reelección, y con su resignación se retira del juego un gran número de legisladores y funcionarios.
El segundo tema es que también se clausuran las posibilidades de la oposición cuyo espacio ahora es ocupado completamente por el propio oficialismo. Dicho en otros términos, ¿a quienes debería temerle más el gobierno, a los radicales y otras fuerzas minoritarias, o al pichetismo que le birló sin más la titularidad del poder Legislativo?
Desde el gobierno nadie ignora que desde esta semana que pasó, están en terapia intensiva y con un pronóstico reservado, por eso se estudia hacer las elecciones en abril próximo para restar tiempo a los contrincantes, de adentro y de afuera.
El escenario sobre el que se monta esta obra de la cual, como siempre, lamentablemente, el ciudadano corriente es un convidado de piedra, es un escenario con viento en contra.
El Gobernador que usó como estrategia de construcción de poder la recorrida incansable por el territorio rionegrino haciendo anuncios de obra, el 22 de abril, aniversario de Viedma, enmudeció.
Recordemos que hace 2 años, en Viedma y como parte de un exigido proceso de reconciliación con los viedmenses, castigados con una ley de Disponibilidad/prescindibilidad que dejó a más de 20 mil familias en zozobra por 8 meses, Alberto Weretilneck anunció “la construcción de 150 nuevas viviendas con fondos del ANSES, la creación de un Centro Ministerial que concentre las reparticiones provinciales para disminuir el gasto público en materia de alquileres de inmuebles, mejoras en el Hospital Artémides Zatti, la ampliación del Centro de Salud El Cóndor, la refuncionalización de la calle Buenos Aires y de la Ruta Provincial Nº 1, y la obra de entubamiento del canal Montenegro” (fuente: actualidadrn)
En este aniversario, apenas sonrisas y saludos silenciosos desde un palco, al Gobernador ahora le tocan recorridos con las manos vacías.
En esta cruda realidad, no es sencillo para el ciudadano común que oye distraídamente las noticias que irradia un aparato encendido mientras maneja un taxi o barre la casa o levanta una pared de ladrillos, diferenciar sobresueldos, de megasueldos, de gastos reservados. Más que probablemente sienta que se perpetúa una casta que en lugar de hacer un culto de la vocación de servicio, lo hace de la vocación de acomodar su propio bienestar.
La legisladora Beatriz Contreras confesó que usa gastos reservados para actividades partidarias. Dicho en otros términos, admitió que utilizó el dinero de nuestros impuestos para actividades que son su gusto y responsabilidad. No solo admite el pecado sino que abre la puerta para que especulemos que si le fue posible pagar un alquiler de locales partidarios, no habría ningún escollo para que con los mismos recursos pagare los alquileres de su tía o su hermano o su amante.
Pedro Pesatti presidente del bloque en el que reviste la legisladora e incluso el propio Gobernador que pertenece al mismo partido de Contreras, se separaron de la Legisladora. Que se haga cargo ella de sus dichos, dijeron los hombres fuertes del albertismo.
La verdad es que el problema no está en la compulsión a confesarse de la Legisladora. Parece más indicado pensar que el problema está en los partidos políticos representados en sus dirigencias que en una democracia de partidos políticos, son responsables de las listas que nos ofrecen para que votemos.
La CC ARI compitió con un candidato a intendente de Viedma que meses después quedó en el ojo de la tormenta por unos cheques de VIARSE que terminaron en manos de un prestamista (una cuestión que no despertó el interés de ningún fiscal) y cuya chequera debió ser denunciada como robada.
¿De quien es la responsabilidad por ofrecernos estos candidatos para que votemos?
La política y el poder se miran el ombligo desde adentro y luego se preguntan porque los ciudadanos nos sentimos, por lo menos, incómodos.
Asistimos perplejos a una crisis sanitaria en la que el gobierno no da pie con bola.
Médicos y técnicos exigen mejoras salariales. El Gobierno se enfada y convenientemente elude negociaciones en base a que no negocian con medidas de fuerza de por medio.
En conferencia de prensa, los titulares de casi la totalidad de los servicios del Hospital Zatti de Viedma, explicaron los motivos de sus renuncias.
El doctor José Luis Rovacio, ahora ex jefe de la Unidad de Terapia Intensiva, en medio de un salón atiborrado de profesionales y gente de prensa, incómodo, con voz temblorosa, ensayó la explicación que había preparado. Era un pez fuera del agua. Un profesional con muchos años de preparación académica, entrenado en la toma de decisiones urgentes de las cuales depende la vida de otro ser humano, ahora enfrentado a micrófonos, explicándole a la sociedad un reclamo. Transpiraba incomodidad.
Como contrapartida, era el secretario de coordinación del ministerio de salud, el periodista Luciano Ruiz quien brilló en medios locales, reconviniendo con dureza a los médicos.
Imposible sustraerse de las diferentes exigencias académicas en una carrera de periodismo y en la de medicina con su consecuente especialidad, máxime cuando quien hace las críticas es el beneficiario de un megasueldo desde el 10 de diciembre de 2011, beneficio al que hay que sumarle el pago de su servicio de telefonía celular, la prerrogativa de uso de vehículo oficial con combustible a cargo de los rionegrinos y, también está dentro del paquete feliz, el pago de alquiler de vivienda. Vamos que no debe valer lo mismo la redacción de una gacetilla que la sobrevida de un accidentado que se encuentra en terapia intensiva, ¿no?
Para finalizar, Viedma amaneció el viernes con panfletos anónimos. Una práctica execrable que habla de la cobardía y ausencia de valores de sus autores. Independientemente del objetivo de esta canallada, hay que subrayar un párrafo que nos pinta a todos de cuerpo entero.
Dice el libelo al finalizar: “…corrupción que no inventó el peronismo, este sistema corrupto y perverso lo instituyó el radicalismo a través de muchos años…”
Sería muy recomendable y le haríamos un enorme favor a la democracia si acordáramos señalar en todos los casos que la corrupción no tiene partido ni religión, es solo corrupción. Si mantenemos el prejuicio de imputarle la corrupción a uno u otro sector, perdemos de vista el problema. La política debe ocuparse de la política y responder en ese esquema. Para los corruptos está la Justicia. O debería estarlo.