La herencia • ADN
Mejor divididos que amontonados y de esta manera el gobierno y el justicialismo resolvieron el intento de unificar el bloque de legisladores oficialistas. Dos oficialismos: uno que responde al presidente de la legislatura, Ariel Rivero (pichetista) y otro a Pedro Pesatti (albertismo).
Inestable estado de bipolaridad que no hace más que reconocer que hay oposición al gobierno en el seno del oficialismo parlamentario.
El gobierno transitó un fuerte debate interno, donde estaba en juego algo más que una sucesión precipitada por la muerte de Carlos Peralta. Se trataba de fortalecer el poder de conducción de Alberto Weretilneck o de reconocer la herencia que reclama Miguel Pichetto.
Algunos de los hombres de consulta del gobernador le aconsejaron que ceda cualquier pretensión de ocupar el espacio vacante en el parlamento y que evite una nueva pelea con el presidente del PJ.
Estas fueron las voces que escuchó Weretilneck, desechando argumentaciones en contrario, dejando en claro que en dos años y medio no pudo o no quiso construir un espacio propio dentro del FpV y que tampoco concretó su afiliación al justicialismo. Causalidad o casualidad, pero el poder cambió de eje.
No logró lo que se denomina “construcción política de la realidad”, asumida desde su rol de gobernador y del poder que emana de la institucionalidad y la conducción del Estado.
Esta especie de renuncia o resignación se observa con preocupación desde sectores del gobierno, legisladores, intendentes y concejales, y las corrientes que conviven en el justicialismo y que se oponen a una eventual candidatura a gobernador de Miguel Angel Pichetto.
Esta concesión alienta proyectos de alternancia y terceras posiciones que se aglutinan ante el estado de bipolaridad.
Se agotan los tiempos y en el albertismo se desvanecen los proyectos. No es ajena además la difícil situación económica-financiera de Río Negro donde Weretilneck pone todas sus esperanzas en la firma de los contratos petroleros, que se posterga y esos fondos llegarán tarde.
Con este escenario de correlación de fuerzas, el FpV marcha hacia el 2015, y a la espera de una decisión de Pichetto, que supedita el futuro de Weretilneck.
Trascendidos dicen que el gobierno analiza la posibilidad de adelantar las elecciones provinciales posiblemente para abril o mayo del 2015.
Separar los comicios provinciales de los nacionales fue un recurso del radicalismo amparado en la Constitución, artículo 181, inciso 18, y siempre con mejores resultados que en las elecciones simultáneas.
Tampoco se descarta – otra vez – que la Legislatura trate a mediados de año un proyecto de ley para convocar en Río Negro a elecciones internas abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), para elegir candidatos en Río Negro. De este modo las internas del gobierno serían dentro del FpV y podrían presentarse más de una fórmula.
La última palabra la tiene Weretilneck, quien manifiesta dudas sobre las PASO, aún conciente de que la única posibilidad de ser candidato en el 2015 es dentro del Frente para la Victoria.
El proyecto de ley para implementar las elecciones abiertas, simultáneas y obligatorias no sería el presentado por el legislador Martín Doñate, sino un texto con autoría del Poder Ejecutivo, con acuerdo de ministros.
Weretilneck pretende retomar la iniciativa política y reafirmar sus facultades para definir el proceso electoral provincial.
Adelantar las elecciones beneficia, en primera instancia al partido del gobierno. Si se tiene en cuenta que las elecciones nacionales serán en octubre y las PASO nacionales en agosto, los comicios en la provincia – para abril o mayo- se desarrollarían sin que se encuentren oficializados los candidatos a la fórmula presidencial.
El gobierno quedaría liberado, en alguna manera, de comprometerse con ningún candidato nacional para suceder a Cristina Fernández de Kirchner.
También es motivo de análisis las posibles presiones que se puedan ejercer desde la Casa Rosada para votar en octubre y en consonancia con el candidato del oficialismo nacional.
Hoy el espacio kirchnerista Unidos y Organizados se reúne en el Mercado Central de Buenos Aires, con la presencia de ministros nacionales, gobernadores, militantes y funcionarios de todos los espacios políticos con responsabilidades de gestión, organizaciones políticas y sociales e intendentes que integran la Federación Argentina de Municipios.
Desde el gobierno rionegrino no hubo comunicación oficial de concurrencia al encuentro. ¿Lejos del kirchnerismo y cerca de quién?
Adelantar las elecciones también significa sacar a los partidos y alianzas de Río Negro del paraguas publicitario nacional, el clima y la presencia de los candidatos en la campaña provincial.
También apura a los partidos de la oposición que tendrán que adelantar sus preparativos electorales.
El lanzamiento a nivel nacional del Frente Amplio UNEM tiene en Río Negro algunas particularidades en torno a la decisión que adoptará el radicalismo. Dirigentes como Bautista Mendioroz, propone construir acuerdos con el CC-ARI, el socialismo y otros nucleamientos que componen UNEN, mientras que no todos comparten esta idea en la provincia, como es el caso de Horacio Massaccesi.
Por otro lado, algunos radicales ya adelantaron su adhesión al ARI, como Mario De Rege, mientras que otros integran o se acercan a la fuerza Unión Pro, como Pedro Casariego, Ana Piccinini, y José Luis Rodríguez.
Para algunos dirigentes de la UCR, frente al actual escenario provincial y nacional, constituiría una osadía que la actual dirigencia radical lleve al partido a competir electoralmente el año próximo en la soledad de la Lista 3 UCR, sólo por cuestiones internas, enfrentamientos personales o posicionamientos sectoriales.
El Frente Amplio UNEN tendrá su armado rionegrino sobre la base de los partidos que integraron en las últimas elecciones el Frente CC-ARI que llevó al senado a Magdalena Odarda, a los que se sumaría al radicalismo provincial si se siguen las directivas partidarias nacionales.
La decisión de adelantar las elecciones acelera los tiempos para definir alianzas y esbozar posibles candidaturas, ya que sea con las PASO o mediante procedimientos internos.
De esta manera el gobierno regó la cancha antes del partido y quiere jugar con pelota rápida. Sabe que acortar los tiempos también reduce espacios en las peleas internas y obliga a estrechar filas para evitar sorpresas en las urnas.
Por de pronto los datos que manejan encuestadores y analistas que relevaron datos en Río Negro, ubican a la gestión de Alberto Weretilneck en retroceso. Si bien todavía resta tiempo los sondeos rionegrinos tienen correlación con los datos que se manejan a nivel nacional tanto para el massismo, como el justicialismo y el PRO.
No se ha cuantificado la inserción del Frente Amplio UNEN en Río Negro y sólo tiene buena medición Madgalena Odarda.
Mientras tanto Ariel Rivero asumió al frente de la Legislatura de Río Negro, donde se estima que incorporará cambios en la estructura de funcionarios, algunos inmediatos y otros para más adelante.
Es de esperar que los funcionarios y otros altos directivos presenten la renuncia a sus cargos, como es de estilo en estos casos y tal como sucedió con el secretario parlamentario, Rodolfo Cufré, y el director de RRHH, Joselo Quintín.
Si el presidente de la Legislatura no quiere padecer las falencias del trabajo de algunos actuales funcionarios, deberá urgente realizar modificaciones en la oficina de prensa legislativa, a cargo de Daniel Cardozo. El área fue centro de muchas críticas tanto por su mal tarea en la comunicación legislativa, como por las actitudes de maltrato hacia empleados concretada por el responsable de esa área.
Tampoco pasaron inadvertidas esta semana las declaraciones políticas de Ariel Rivero, que tuvo dos definiciones que sobresalieron por su implicancia hacia el futuro. Manifestó que las candidaturas a la gobernación se definirán en los primeros meses del año próximo, en línea a lo expresado en varias ocasiones por Miguel Pichetto y también que debe transparentarse el tema de los llamados gastos reservados que cobran los legisladores, que lo involucra hacia atrás y ahora como titular del parlamento, tarea aún más complicada que definir al candidato del gobierno.