Casualidad
Los dos hechos de corrupción que salpican al Gobierno de Río Negro, uno a días de haber asumido con la promesa de terminar con la corrupción de los anteriores Gobiernos;
las irregularidades detectadas por el Juez Igoldi en el Seguro de Vida del fallecido Gobernador Carlos Soria, lo que le permitió a sus hijos cobrar la suma de $1.200.000 y el otro la designación de empleados truchos por parte de un funcionario del Ministerio de Gobierno, fueron descubiertos por simple casualidad, no porque se halla llevado adelante una cruzada anticorrupción, el primero fruto de la pelea Martín Soria y Alberto Wereltinleck y el de la designación de los empleados truchos fue cuando se dieron de baja todos los funcionarios, en enero de este año, para reducir la planta política, lo que dejó al desnudo la maniobra, que fue descubierta porque el funcionario que hizo la maniobra, al no poder dar de alta nuevos funcionarios, los daba de alta como empleados del Servicio Penitenciario, que es lo que se descubrió hace unos días. Lejos de ser una cruzada anticorrupción, fueron simples casualidades, que de no haberse dado las condiciones explicadas, nunca hubieran salido a la luz. Lejos de ser un Gobierno que lucha contra la Corrupción, se la encontró de casualidad, y en los dos hechos los controles que si deben funcionar para que no suceda un hecho de corrupción fallaron, y ello es lo verdaderamente grave, ya que depender de casualidades para detectar ó evitar hechos de corrupción no es la forma más eficiente de combatirla.
Roberto Zgaib