Flameando en las Ruinas ● Javier García Guerrero
La reunión cumbre en Vaca Muerta de Daniel Poneman Subsecretario de Energía de Estados Unidos con Miguel Galuccio (YPF) y Alí Morishiri, Presidente de Chevron para Africa y América Latina ha terminado con el federalismo y la distribución de la renta petrolera, cerrando un acuerdo que incluye la entrega del estratégico sector argentino a la influencia neocolonial de los EEUU.
Resulta significativa la omisión del tratamiento y discusión de tan significativas como inusuales visitas y de la reunión cumbre aludida, por parte del aparato de desinformación de este gobierno que invierte cinco veces más dinero en propaganda que en combatir al narcotráfico.
La formalización de las acciones convenidas comenzará de inmediato. La Corte Suprema de EEUU operará de modo que el tratamiento de la deuda remanente de los fondos buitres que podría determinar la cesación de pagos de la Argentina siga un curso que postergue su resolución para el próximo año. Por su parte el gobierno argentino reunirá a los gobernadores de las provincias petroleras, para decidir los cambios en la Legislación Hidrocarburífera pactados.
Si la Corte Suprema estadounidense decide dar vista a su poder ejecutivo o remitir la causa al Juez Griesa de Primera Instancia para que este convoque a una negociación con los acreedores remanentes, la Argentina evitará tener que asumir el pago al resto de los acreedores que entraron en el canje anterior de miles de millones de dólares adicionales en virtud de una cláusula que obliga a dar similar tratamiento para todos los acreedores, que prescribe a fin de este año. Esta intervención permitiría superar los errores garrafales de la negociación anterior que cedió la jurisdicción judicial argentina para la resolución de conflictos a EEUU y la utilización política del discurso y las estadísticas sobre el desendeudamiento, que hoy la realidad desmiente con el crecimiento de los juicios impagos a los jubilados, la deuda estatal con los bancos y los tenedores de billetes via emisión, el CIADI, Repsol, el Club de París, los holdouts, etc. etc. etc.
Los compromisos asumidos con los estadounidenses comprometen al gobierno nacional a reformar la ley de Hidrocarburos N° 26197, para profundizar el papel monopólico de YPF, legitimar los acuerdos secretos con Chevron y minimizar hasta eliminar la participación de las empresas provinciales. El proyecto de ley que se aprobará con las mayorías parlamentaria automáticas de que dispone el Régimen K, asegurarán la explotación mediante fraccionamiento (fracking) con concesiones de 35 años, que abonarán un rango de regalías entre el 6% (shale) y el 12% que pasarían a ser el único ingreso provincial por la explotación petrolera, eliminando todo tipo de participación en el resultado (acarreo) si las empresas provinciales no realizan aportes iniciales a la inversión, en efectivo.
También se eliminan los bonos iniciales, se establece un régimen fiscal uniforme de impuestos provinciales (Ingresos Brutos, Sellos, etc.) y de tasas municipales para todo el país. Por fuera del plano normativo el acuerdo compromete adicionalmente la compra de insumos y tecnología extractiva, de transporte y destilación estadounidenses, reducción de retenciones, y elevación de precios del crudo con regímenes especiales de liquidación de divisas, remisión de utilidades y todos los factores determinantes de un aumento sostenido de la rentabilidad de estos grupos predadores neocoloniales.
El paraguas de YPF, que replicará los convenios “secretos” y exceptuados de las auditorias de los organismos de control estatal consagrados legalmente, que ya ha aprobado a “libro cerrado” con Chevron, brindará el barniz propagandístico para que la Argentina afronte los inconmensurables pasivos ambientales y riesgos del esquema como “el comienzo de un desarrollo inédito que se “derramará” sobre las economías regionales”. Mientras las políticas del gobierno K en curso reciben el caluroso apoyo del ex Ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo, el resto de los países latinoamericanos de nuestra “Patria Grande” siguen estrategias absolutamente divergentes a las nuestras. Será tal vez por eso que crecen más rápido, tienen más reservas, menos riesgo país, más inversiones y crédito internacional, etc.
Las promesas de desarrollo emergente de estas cuantiosas inversiones petroleras, no se han concretado para el pueblo de Arabia Saudita o de Irak. Los primeros pozos petroleros de Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia trajeron consigo problemas sociales, casinos, prostíbulos, delincuencia, marginalidad etc. al punto que después de 100 años la población tiene graves problemas de acceso al agua potable. Similares padecimientos por contaminación y falta de infraestructuras básicas padecen Sierra Grande o San Antonio Oeste en Río Negro donde ni el puerto de aguas profundas ni la minería respondieron a las expectativas que profetizaban durante su instalación los interesados en ella.
El bajo costo y la disponibilidad de energía brindaría a la Argentina la posibilidad de industrializar regionalmente su producción agroalimentaria, producir a costos competitivos productos energético-intensivos para exportación, cadenas de frio baratas, transporte ferrroviario, etc. A partir de este acuerdo el mundo queda un poco más lejos al igual que el desarrollo regional. Las factorías sobre recursos no renovables cuando estos se agotan son un problema serio derivado de gobernantes imprevisores o inescrupulosos que ya no están entonces, para afrontar las consecuencias.
El modelo adoptado es el inicio de un nuevo “estado petrolero” supraprovincial autónomo dentro del territorio nacional que sobre la base de su calado económico y consecuentemente político introducirá un factor K proyankee, tan insólito como decisivo en el futuro argentino. ¿Qué pensaría el Comandante Chávez de estos enjuagues? A sus socios y devotos locales ¿les comió la lengua el gato? ¿Qué piensa Presidente Correa de Chevron al que demandó por u$s 20.000 millones por el desastre ambiental causado en Ecuador?
El gobierno nacional está en retirada pero conforme a sus antecedentes avanza “de atropellada” con la ya característica desmesura del “vamos por todo” para lograr una aprobación antes de perder la “mayoría automática” actual. Sumar otro monopolio estratégico aliado con poder de veto sobre el normal abastecimiento energético, representa un activo político de interés para negociar impunidad y un eventual “regreso con gloria” en el futuro.
Que estos “Amados” representantes de un gobierno corrupto en su fase terminal, que se animan a decidir concesiones para los próximos 35 años, reduciendo las regalías y beneficios petroleros a una décima parte, mientras realizan ajustes sobre un pueblo cada vez más desamparado y angustiado, escuchen la voz de muchos rionegrinos, que dicen: “No lo hagan en nuestro nombre, no fue este su compromiso, no esperábamos esta defección”. Es aún más denigrante que utilicen el nombre de Eva Perón que comprometió su lucha y su vida por la soberanía política argentina, afirmando inolvidablemente; “Nuestra Patria dejará de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”.
Ing. Javier García Guerrero.
Ex Auditor Principal de la Sindicatura General (SIGEN)
de la Presidencia de la Nación Argentina.