Revalidación de títulos ● ADN
El justicialismo vivirá hoy una jornada electoral donde sus afiliados podrán renovar autoridades de unidades básicas y congresales, que vienen desde hace años con mandatos prorrogados.
Mucho folklore con escenarios conocidos. Padrón en mano en busca de los afiliados ofreciendo el servicio de traslado a los puntos de votación y muchos reparto de favores y “agradecimientos” con recursos provinciales y nacionales.
Dirigentes que llegaron al gobierno, muchos legisladores e intendentes, deberán revalidar títulos, porque desde septiembre del 2011 sucedieron muchas cosas en la provincia y ya nada es igual que al comienzo.
Weretilneck nuevamente busca protagonismo desde la periferia y apostó con todo el gobierno al triunfo de los justicialistas que se quedaron a su lado en apoyo a la postulación presidencial de Sergio Massa, sobre todo juega a ganador en la capital rionegrina con Pedro Pesatti y Matías Rulli.
También confía en que el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, sume votos en el Valle Medio, al igual que los intendentes de Allen y Catriel e incluso en Cipolletti, donde el gobernador con la ayuda de sus amigos hizo alguna picardía.
Habrá que esperar el veredicto de las urnas para conocer el comportamiento de los afiliados justicialistas en lugares claves como General Roca, Bariloche, San Antonio Oeste, Sierra Grande y la Línea Sur. El oficialismo partidario busca contar con un apoyo contundente mientras que desde el gobierno se piensa en desdibujar el día de mañana.
La madre de todas las batallas tendrá como escenario a la ciudad de Viedma. Pesatti y Rulli piensan en darle una alegría al albertismo, mientras que Juan Manuel Pichetto y Raúl Martínez no dudan en poder preservar el bastión pichetista en la capital rionegrina.
Weretilneck sigue de líbero, porque no se afilió al PJ pero hace como si fuera un dirigente de peso, tampoco acciona como integrante del Frente Grande, partido al que nunca hace referencia, y a la vez trata de soslayar los reproches que le hacen desde ese sector por su apoyo a Sergio Massa, que llega en un momento inconveniente en la compulsa con el senador Pichetto.
En otro momento elegir autoridades a la Unidad Básica y congresales viedmenses, no hubiese generado ninguna connotación política, pero está claro que si pierde el albertismo, pierden el vicegobernador Pedro Pesatti y el secretario general de la Gobernación, Matías Rulli.
En ese casoWeretilneck hará como en otras oportunidades, “negará tres veces antes que cante el gallo” y argumentará que nada lo perjudica descartando cualquier deterioro de su poder y atribuyendo la responsabilidad a los locales.
En realidad el gobernador tiene una territorialidad acotada al Valle Medio, sin intendentes de peso, con un bloque diezmado y con un gabinete a medio armar, donde los reemplazos no tuvieron impacto político, porque son ignotos, aunque algunos sean afiliados al PJ. La derrota de Viedma podría incidir de cara al tiempo de gestión que le queda en el gobierno.
Por el contrario, si ganan Pedro Pesatti y Matías Rulli, el gobernador se oxigenará y se sumará al triunfo, mientras el secretario general de la Gobernación se transforma en el candidato a intendente de Viedma, quien sabe con qué representación, pero ese es su propósito, aún cuando Weretilneck tiene otros proyectos con el aggiornado José Luis Foulkes.
A su vez Pedro Pesatti, legitima su arribo a la vicegobernación y contará con un peso territorial importante para el año próximo.
En este escenario Miguel Pichetto, quedará golpeado de cara a las PASO en la provincia y Martín Soria con un triunfo en Roca alimentará sus pretensiones a participar en la carrera a la gobernación para el 2015.
Entre el pichetismo y el sorismo se arma el espacio de Unidos y Organizados (La Cámpora, Nuevo Encuentro, Corriente Nacional y Popular, Movimiento Evita, La Campo) que contaría con la sumatoria de Osvaldo Nemirovsci, incluso se habla de una fórmula Martini-Doñate o viceversa-
El kirchnerismo rionegrino intentará contener a Pedro Pesatti, cualquiera sea el resultado de la interna y con él a un grupo de peronistas que reivindican el proceso nacional iniciado por Néstor Kirchner. También se trata de poner blanco sobre negro al argumento de que Massa es peronista. Se insiste en que el diputado nacional puede estar afiliado al PJ, pero no es autoridad partidaria y el Frente Renovador quedó afuera del Congreso Nacional.
Mientras tanto el gobierno de Weretilneck no da señales de recuperación. La gestión recibe críticas a diario, no hubo relanzamiento de la gestión ni anuncios de planes ni programas para lo que resta del mandato. Se limita a pagar los sueldos en tiempo y forma y milagrosamente volvió el superávit fiscal. Incluso el gobernador se enojó con la prensa ante una consulta por la crisis económica que él mismo anunció: «no hay crisis», dijo.
Weretilneck se convirtió en un negador serial y un destructor que ha buscado entrometerse en las estructuras del PJ y la UCR con consecuencias lesivas.
Ahora reivindica a Pedro Pesatti, cuando nunca le dio la razón ni el espacio demandado mientras mantuvo alianzas ocasionales con Soria y Pichetto, incluso lo destrató en la propia interna del albertismo recostándose en Daniel Arroyo y Facundo López y cuando se quedó sin opciones y con el gobierno en llamas lo llevó a la vicegobernación. Pesatti lo sabe y ahora desconfía y presenta dudas sobre su futuro.
Si el gobernador pierde el domingo, rearmará su base política en lo que dio en llamar la Nueva Mayoría, con apoyo de radicales. No se sabe cuál es el rol que tendrá el Frente Grande, por cuanto el partido a nivel nacional no se mueve del espacio kirchnerista. Se advierten movidas en la Justicia Electoral de operadores de Weretilneck para mantener el partido en Río Negro y por ello muchos dirigentes, Marcelo Mango incluido, buscan refugio en otros armados.