El perro de Alcibíades ● Javier García Guerrero.

Cartas Abiertas a los rionegrinos y videos con balances y agradecimientos “navideños” extemporáneos. Incomprensible “retiro espiritual” de funcionarios perplejos que se trasladan grandes distancias para asistir a un encuentro general con las autoridades que una vez culminado no pueden definir en su sentido o razón. Prolijos y estratégicos mails privados “filtrados” para agitar ríos ya revueltos de otros partidos. Esta secuencia de eventos sorprendentes o fortuitos no constituyen sin embargo episodios aislados o priorizaciones equivocadas.

Contrariamente son la clara manifestación de una estrategia antigua y repetida, expresiones arquetípicas de conductas históricas, que merecieron la pluma de Plutarco y a las que sólo les falta “El Perro de Alcibíades”, célebre animal que hoy tiene su propia estatua en Londres.

Alcibíades demagogo político e intrigante general ateniense del siglo V antes de Cristo adquirió justa fama no tanto por la medianía de sus logros como por su convincente oratoria que le permitió mantener sucesivas posiciones ventajosas en todas las fracciones que se enfrentaban en su época, dividiéndolas, traicionándolas y venciéndolas en distintas instancias. Defensor de la Expedición ateniense a Sicilia contra Esparta, desertó de la misma cuando sufrió denuncias por sus prácticas esotéricas y sacrílegas y por sus operaciones para terminar con la democracia, apartándose de la ley fundamental. Escribió entonces a los espartanos «prometiendo ofrecerles una ayuda y un servicio más grandes aún que todo el daño que antes les había hecho como enemigo» si ellos le ofrecían asilo, lo que aceptaron en massa. Desde su nuevo bando espartano propuso, supervisó y llevó a la victoria importantes campañas contra Atenas. Cuando el rey espartano supo que Alcibíades estaba teniendo una aventura amorosa con su esposa a la que embarazó, conspirando para sucederlo, se vio obligado a huir precipitadamente a Persia. Allí fue consejero del sátrapa Artajerjes, enemigo de todos los griegos, a quién aconsejó prolongar una guerra ganada para desgastar tanto a Atenienses como a Espartanos. Tucídides el general persa sostiene en sus memorias que Alcibíades lo hizo para ganar tiempo mientras sus operadores lograban su restitución en Atenas. Alcibíades volvió a Atenas una vez que sus conspiradores consiguieron derrocar la democracia, imponer el gobierno oligárquico de “los Cuatrocientos” y una votación que le permitía el regreso, garantizándoles impunidad por sus crímenes. Una vez establecido ayudó a derrocar la oligarquía de los Cuatrocientos que lo había favorecido y unificó las fracciones restantes atacando nuevamente a Esparta venciéndola antes de desertar por segunda vez de las huestes atenienses.

Desde joven, su elocuencia y el acierto de sus pronósticos le otorgó influencia sobre los principales políticos de su época, que como el rey Agis II de Esparta lo subestimaron, fueron engañados y en ocasiones reemplazados por su figura, Su narcisismo llegaba al extremo tocar sólo la lira, y no querer tocar ningún instrumento de viento porque, en su opinión, al ejecutarlos éstos deformaban el rostro, y sobre todo la boca de los músicos. Plutarco dice que “le gustaba ser homenajeado y sentía ser desatendido; procuraba, por tanto, ser afable y halagüeño con cuantos se le presentaban, prometiéndoles lo que ambicionaban”, también lo descalificó como «el menos escrupuloso y más imprudente de los seres humanos” y “el mayor despilfarrador de Atenas”. Lisias afirmó que «paga con injurias la ayuda de sus amigos», K. Paparrigopoulos, el principal historiador griego moderno, subraya que sus habilidades y dones crearon un «traidor, un hombre audaz e impío”

En el plano militar fue uno de los primeros en sustituir el prologando sitio y asedio de las ciudades por la negociación y la compra de traiciones para rendir la plaza. El historiador Andrewes atribuye su caída final a las esperanzas y exageradas expectativas que habían generado sus variadas promesas y sus exitosos cambios previos. El caso es que los generales atenienses «pensando que en caso de derrota podrían ser considerados culpables y que en caso de victoria podría serle atribuida a Alcibíades», le mandaron marcharse justo antes del desastre de Egospotamos, del que también logró librarse. Su muerte no fue en el campo de batalla, se produjo a manos de los hermanos de una joven que incendiaron la casa donde se encontraba con la muchacha, que había seducido con engaños según era su costumbre.

Cuenta la historia que en cierta ocasión, Alcibíades pagó una gran suma de dinero (7.000 dracmas) por un magnífico perro. Después de pasearlo por toda la ciudad para que todos los ciudadanos pudieran admirarlo ordenó que le cortaran su hermosa cola y lo exhibieran nuevamente por las mismas calles. El pueblo, incapaz de entender cabalmente la razón de ese absurdo comportamiento, no habló de otra cosa durante días. La astucia de Alcibíades, naturalmente, radicaba en que, mientras hablaban de su perro, no hablaban de las arbitrariedades y corrupciones de su gobierno. Chomsky definió las maniobras de manipulación mediante continuas distracciones e informaciones insignificantes como muy efectivas pero observó que requerían extender la creencia de que está de moda el hecho de ser estúpido, insolente y vulgar.

Estas estupideces pergeñadas por el célebre “Coordinador del Pensamiento Nazional”, sus pares de Carta Abierta y variados aprendices de Brujos, funcionan la mayoría de las veces, no porque la gente sea estúpida, sino porque, de hecho, necesitamos que nos distraigan, frente a una realidad agobiante. Tinelli, Berlusconi, Rial, Sarkozy, Luis Ventura, CFK, Maradona, Alberto Weretilneck, Victor Hugo Morales, amasan fortunas con maniobras de distracción farandulescas. En estos casos más que de ciudadanía, ejercemos de público,

El agravamiento de las cuestiones más inmediatas como la pérdida de ingresos a causa de la inflación, de la pérdida de empleos, de las incertidumbres y padecimientos derivados de la inseguridad, de la impunidad del crimen organizado y su secuela de trata de personas, lacras del narcotráfico, etc. frente a la abrumadora cantidad de perros sin rabo por la calle, se está generando la sensación de que son demasiados, de que son muchos los asuntos graves que nos acosan y que con habilidad algunos pretenden eludir o justificar, a la espera de que llegue el olvido. “Querían ficción, les di ficción” proclama el pseudo hijo del régimen Leonardo Fariña, pero el humor social no es el mismo, el hedor del fin de ciclo se impone, el tiempo se agota, este aluvión de realidades nos abruma y la venta de humo tiene cada vez, menos demanda.

El aumento sideral de la mortalidad infantil con focos en El Cuy y Ñorquincó, las denuncias de prostitución infantil evidente en las cercanías de la Estación Terminal de Viedma (y en muchas otras partes) las marchas multitudinarias pidiendo justicia en el mayor caso de abuso infantil de la historia penal argentina protagonizado por el Secretario en San Antonio Oeste de la Corriente Cívica ARI de Río Negro, los intentos de linchamiento en Cipolletti por abusos sexual en perjuicio de niños del Jardín de Infantes, los pedidos del Tribunal de Cuentas para que devuelva los gastos reservados cobrados indebidamente, no merecieron comentario alguno por parte del Gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck. Renovarse es vivir pero estos ominosos silencios suenan a indiferencia y menosprecio de las situaciones descriptas y de las responsabilidades asumidas. Demasiado tiempo en la función pública delatan algunos de los hábitos de los que mandan. Nada ya se considera terminante, definitivo o tajante en Río Negro, todo es relativo. Se intenta cubrir con un manto de ambigüedad las nuevas alianzas para negociar mejores contraprestaciones. Los antecedentes muestran que los acuerdos con distintas fracciones y caudillos están en permanente revisión, en cualquier momento se pueden romper, redefinir, consolidar y volver a romper quedando siempre entre los “propios” alguno de los más ambiciosos de cada fracción que se tomó como “aliada de ocasión” de la mesa de saldos y retazos.

Hechos semejantes reciben tratamiento disímil según pinten oros o bastos en la mano del tallador fullero. Declaraciones atribuyendo la condición de “mensajes mafiosos” contra una concejal de Cipolletti por el incendio de su auto o la violación del domicilio de una legisladora, que aportan una novedosa interpretación sobre hechos similares a los que se registraron en Sierra Grande, donde los incendios intencionales de la camioneta del Intendente Renzo Tamburrini, posteriormente la de su Secretario Municipal e incluso de las instalaciones Municipales de Desarrollo Social, en el lapso de pocas semanas, nunca fueron interpretado como un “mensaje mafioso” por parte de los integrantes del Ejecutivo Provincial, mientras el intendente reiteraba sus pedidos para que se adoptaran medidas de seguridad que garantizaran su integridad y la de sus conciudadanos.

CFK anuncia un día que está amenazada por el grupo fundamentalista islámico ISIS, repitiendo esta pública denuncia ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas frente al presidente norteamericano Obama, Menos de una semana después dice que este no es el principal peligro que enfrenta su vida y que “si me pasa algo, miren al Norte”, ¿se referirá a Nordelta o al Supermercado Norte de De Narváez?. Más allá de las ironías resultaba pasmoso que cuando la presidenta anuncia que hay nuevas amenazas contra su vida, los dirigentes K presentes, se reían y aplaudían como si hubiera dicho otra frase chistosa en su inglés. Si la idea era desorientar o distraer de otros temas más acuciantes, la respuesta es evidente: todo el arco político y dirigencial propio y ajeno piadosamente no ha hecho ningún comentario al respecto. Evidente demostración de que no la han tomado en serio, lo cual completa el panorama circense en que se desenvuelve la práctica dirigencial actual.

Estos penosos fenómenos característicos de nuestra líquida “era del vació” se reproducen en distintas regiones con resultados similares. El presidente de Venezuela, ex chofer de colectivo, consulta con un “pajarito que le habla” las próximas medidas de gobierno. Existen multitud de ejemplos similares de otras republiquetas bananeras y países africanos sumidos en los caudillismos más atroces. Tienen un denominador común, siempre se saldan con crisis económicas y sociales importantes, donde emergen los efectos de las corruptelas que hace tiempo no se limitan al campo de las caudales públicos “excedentes” sino que comprometen la propia existencia cotidiana de muchos ciudadanos y conducen a abismos de intensidades variable según la posición relativa de los damnificados que en la mayoría de los casos toman conciencia abrupta y costosa de las consecuencias sociales y políticas de estos desatinos.

Silvio Berlusconi es el individuo más rico de Italia, fue electo pese a las numerosas causas procesales en su contra. Como empresario, posee las tres cadenas privadas de TV más importantes de Italia. Como primer ministro también controló la RAI, la cadena pública. Simultáneamente era propietario del mayor grupo editorial y de algunos periódicos y revistas. En un encuentro con las juventudes de su partido al que ha denominado épicamente, ‘Pueblo de la libertad’, les aconsejaba que no leyeran periódicos (porque mienten), que buscaran trabajo fuera de Italia y sugería que intentaran casarse con alguien adinerado. Su pelo de fantasía, la piel de su cara, de una tersura y tonalidad inverosímiles, y la sonrisa extremada del que sabe que puede decir «la justicia no me alcanza», siempre están presentes.

La ciudadanía está ya harta de vivezas, astucias y demagogias, y de que no se pueda hacer nada con los principales problemas que afectan la vida cotidiana, de la falta de transparencia y respuestas de una democracia que se muestra amurallada e indiferente donde no debe, y sin defensas donde las necesita. Vivimos una solapada dictadura que sin respeto por las normas republicanas, ni las minorías carga con muchos muertos por su responsabilidad y un sin número de “desaparecidos sociales” sin horizontes vitales a la vista. Es hora de preguntarnos ¿Cuánto insultos, daño moral, cuánto dolor, cuánto enojo, cuánto pesimismo más será necesario asumir?, ¿cómo se pueden entender las extralimitaciones, los excesos, la arbitrariedad, los megasueldos, gastos reservados, negocios espurios y prebendas de la casta política y su insensibilidad frente a la situación de desesperación que aporta a la ciudadanía el desempleo, la inflación, la inseguridad? ¿Es necesario sumar también la subestimación que supone la evidente manipulación de las realidades, los blindajes de impunidad que se pretende establecer frente a las denuncias de los Organismos de Control, el encanutamiento en sociedades fantasmas en los paraísos fiscales de lo robado, los presuntos bomberos que desafiantes arrojan nafta al fuego, convidando con soberbia a la confrontación?

Cada vez que, por la razón que sea, observo con repulsión vídeos saturados de carcajadas y aplausos a las simplezas, fábulas, cortinas de humo y en ocasiones acusaciones graves que los propios aludidos como el ex Presidente del Banco Central Fábregas aplauden de manera bufonesca, antes de presentar su renuncia indeclinable, me pregunto: ¿El mundo del futuro, estará gobernado por tipos como Berlusconi, Amado Bodou o algún Alcibíades rionegrino?, de nosotros depende.

Lic. Javier García Guerrero. Integrante del Comité de Bioética del Hospital Eva Perón. Director de Especializaciones y Disertante en Jornadas Nacionales y Provinciales de Bioética del Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires.
Twitter:@JavierGGuerrero.